EDITORIAL
¿Quién defiende al usuario?
El tema del transporte sale nuevamente al tapete, y en esta ocasión, a nivel de Panamá Oeste. Los usuarios de este sector de la provincia de Panamá se enfrentan ahora a las luchas mezquinas de conductores de transporte colectivo versus los taxistas.
Los primeros se oponen a que los segundos realicen las llamadas "carreras a dólar" hacia la ciudad capital y viceversa; mientras que los segundos argumentan que no perjudican a los conductores de buses. Y en esa disputa el que está en el vaivén es el usuario que no tiene alternativa.
Arraiján, La Chorrera, Capira son pueblos conocidos en el populacho como "Ciudad dormitorio" en alusión a que la mayoría de sus habitantes realizan sus actividades laborales en la capital. Por ello, han de salir a tempranas horas de la mañana y regresar bien entradas las horas de la noche.
Para conocer la verdadera problemática habría que "estar en el zapato" del usuario que para llegar temprano a sus puestos de trabajo, han de levantarse antes que el gallo cante por segunda vez. Y de allí, "pelear" en una parada oscura a subir a un bus donde ha de viajar como "sardinas en lata" y además, parado.
Si tiene la suerte, se ha de encontrar un autobús que lo transporte para llegar una hora después a la primera parada de la capital. Y si no está de "buenas" ese día pasará entre veinte minutos a media hora antes que un colectivo se detenga para traerlo a la ciudad de Panamá, con lo cual llegará tarde a su compromiso.
A ello se agrega el detalle del maltrato de algunos conductores al usuario, que pese a que ya no tienen espacio en su vehículo para un pasajero más, gritan para que "hagan espacio".
Como un paliativo al problema del usuario, surge los llamados "taxis a dólar" que "sacan del apuro" a un usuario mal trecho. Mientras un vehículo colectivo transporta un aproximado de 60 pasajeros sentados, un taxi sólo lleva cuatro. Si de ganancias se trata ¿quién de los dos se beneficia más cuando se conoce el alto precio del combustible en una economía escuálida como la del ciudadano común?
Por otro lado, el usuario tiene derechos y éstos se deben respetar. Tiene el derecho de elegir en dónde prefiere viajar si tiene a su alcance los medios para sufragar el servicio.
Empero, autoridades se han dado a la tarea de detener no sólo a taxistas que ofrecen un servicio cómodo, sino conductores de autos particulares que de vez en cuando aprovechan la situación para tener para el combustible a su regreso.
Pero ¿no tiene, también el ciudadano como propietario, derecho de llevar a quien desee en su auto? Y ¿el usuario, no puede escoger lo que más le convenga en un momento?
Los usuarios argumentan que luego de un día de trabajo intenso, lo que más desean es llegar a descansar por ello toma el servicio barato de un transporte que lo llevará a su destino. Tal vez si los taxis no cobraran un dólar y se ajustaran a la tarifa de B/20.00 ó B/.30.00, los conductores de buses no se alterarían como lo hacen hoy.
Sea cual sea la razón que se argumente, se debe tener en consideración los derechos y opinión del usuario como ciudadano de un país que se dice democrático.
PUNTO CRITICO |
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