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El gobierno uruguayo expulsó al embajador cubano en Montevideo, José Joaquín Alvarez, y retiró su representante en La Habana, Enrique Estrázulas, un día después de anunciar la ruptura de relaciones diplomáticas por las ofensas que recibió del presidente Fidel Castro.
"Hemos comunicado al embajador de Cuba la decisión del gobierno uruguayo de declararlo persona 'non grata' (...) y le hemos dado un plazo razonable, que aún no hemos definido, para concluir todas sus misiones diplomáticas en el país", dijo el canciller interino, Guillermo Valles.
Alvarez también es el representante de Cuba ante la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), un organismo multilateral de comercio al que la isla ingresó en 1999.
Pese a la ruptura de vínculos diplomáticos, Valles señaló que las relaciones comerciales y culturales no se verán afectadas. "La ruptura de relaciones diplomáticas entre dos estados significa que no existen relaciones formales oficiales, pero no implica que (no) existan relaciones comerciales o entre las personas", dijo el funcionario.
Castro atacó el lunes al mandatario Jorge Batlle calificándolo como "el trasnochado y abyecto Judas (...) que preside el Uruguay", después de que el país sudamericano impulsó en las Naciones Unidas una resolución sobre derechos humanos en Cuba.
Las declaraciones del presidente cubano se produjeron pocos días después que su canciller, Felipe Pérez Roque, calificara a Uruguay, Argentina y Costa Rica, que apoyaron la propuesta en la comisión de derechos humanos de la ONU, como "serviles" a los intereses de Estados Unidos por votar en contra de Cuba.
La Comisión de Derechos Humanos de la ONU aprobó en Ginebra la resolución impulsada por Uruguay y respaldada por varios países latinoamericanos, en la que se pretende enviar una misión de verificación del Alto Comisionado de temas humanitarios a Cuba. Esta moción fue rechazada inmediatamente por Castro, al considerarla ofensiva a los intereses de su país. |
