Señor, tú eres bueno, te alabamos, te damos gracias Tú que te has hecho pobre para enriquecernos: Cristo ten piedad. Señor, de Cielo y Tierra, Tú no has venido a llamar a los justos, sino a los pecadores. Envía tu Espíritu Santo a los que has elegido por distintos medios para que renuncien a todo lo que tienen y puedan así, libres, ser fieles discípulos tuyos. Sabemos que no hace falta ser santo ni salvo para merecerlo. Todo lo dispone Dios libre y generosamente. A veces no parece casual. Sabemos que Dios ha llamado a personas de toda laya (calidad, género): político, abogado, empresario, inquieto, mentiroso, bribón, vanidoso, elocuentes, amoroso, humillado, burlón, irónico, pobre...
He aquí un caso: San Francisco de Sales nombrado decano de la Catedral de Valencia, al tomar posesión del nuevo cargo entró a la ciudad presumiendo sobre un brioso corcel bien engalanado; así se paseaba haciendo alarde de su vanidad entre la multitud curiosa y aclamadora. Lo curioso fue que el caballo se encabritó y lo tiró al suelo. El orgulloso caballero al haberse enlodado, enredado con la brida y el correaje se "sintió" humillado. Desesperado reflexionó profundamente, allí lo esperaba la gloria de Dios.
El maltratado se levantó confundido pero iluminado y dijo gritando a toda la multitud que lo miraba atónita: ¡Ah mundo traidor, te has burlado de mí, también yo me burlaré de ti!
San Francisco cumplió su palabra, se fue a la soledad y con la oración y el ayuno domó el orgullo y la soberbia; llegó a ser modelo de penitencia y de humildad. Luego se hizo sacerdote dominico y obró (desarrolló) muchas conversiones. Murió en 1240 en olor a santidad. Su obra "Vida de los Santos", documentada por Hatel Remo Di Gesu.
Oremos por el y por todos los sacerdotes al servicio de Dios. Que estos oren por sí mismo para que puedan enfrentarse a muchas duras pruebas que afectan la Iglesia. Que no busquen honores que puedan dar los hombres. Hazlos Santo Francisco fieles a las palabras de Dios para que sean activos y efectivos discípulos tuyo. Que el mismo Espíritu de Jesús los proteja y las mantengan en su fidelidad. Artículo dedicado a todos los sacerdotes, y en especial a los guadalupanos de la Basílica Virgen de Guadalupe.
