Cerca de las 5:00 de la tarde del miércoles, los hermanitos Aurelio y Francisca Gallego Samaniego, de 15 y 11 años respectivamente, esperaban ansiosos junto a su sobrina Yasibeth Gallego Palacios, de 8 años, el arroz blanco que Martín Gallego les estaba sirviendo desde el fogón de la casa, muy cerca de un árbol de higo, donde repentinamente un rayo cayó del cielo y les arrebató la existencia a los tres.
Los platos improvisados quedaron regados por el piso de tierra. Habían cinco cuerpos tendidos cerca del fogón. Sin embargo, Martín y su mujer, Andrea Samaniego, recuperaron el conocimiento rápidamente y adoloridos por el corrientazo que sintieron, de inmediato sacudieron los cuerpos de los niños que nunca más respiraron.
Cuando ocurrió la desgracia, el cielo estaba despejado y sólo caía una llovizna sobre la pequeña casa construida como se pudo con palos y materiales de palma real. Casualmente, en el área hace escasos años una señora también falleció a consecuencia de un rayo.
Después de llegar hasta Loma Moracho, algunas unidades policiales de Horconcitos, fueron los primeros en llegar a la escena a eso de las 12:00 medianoche, luego de haber caminado unas 2 horas en ascenso entre la zona semi montañosa, para verificar la información telefónica que anunció el hecho horas antes.
Cuando llegaron al sitio, ya los cuerpos de los pequeños estaban juntos en el centro del caserón que no cuenta con los artículos básicos para convivir en familia. Tenían una manta encima y varias hojas de plátano que los separaba del suelo, ante la mirada de varias personas entre familiares y conocidos.
LAS VICTIMAS
Aurelio cursaba el sexto grado; Francisca estaba en tercero y Yasibeth estudiaba en el segundo grado de la escuela del lugar, a la cual tenían que caminar por lo menos media hora todos los días en la mañana.
Cuando llegaron los funcionarios del Ministerio Público la mañana del jueves, a realizar el levantamiento de los cuerpos, la tristeza y el llanto eran evidentes entre la multitud en la cual había varios educadores del sector que conocieron a los niños.
Los cadáveres tuvieron que ser cargados en hamacas por varias horas hasta llegar al punto donde se encontraba el vehículo que se encarga del traslado de los cuerpos a la morgue del antiguo hospital Obaldía, en la ciudad de David, donde se les realizaron los exámenes de necropsia correspondientes.
Desde tempranas horas de ayer, viernes, el maestro César Acosta, Director de la escuela bautizada como Israel, donde estudiaban los niños afectados por el rayo, se presentó a la morgue judicial en David para retirar los cuerpos, ya que los padres de los fallecidos no cuentan con el recurso para movilizarse de su lugar de origen y mucho menos han conocido en su vida, la ciudad.
AYUDA
“La familia de estos niños es de escasos recursos y tuve que venir a retirarlos porque no tienen dinero para viajar, además de que dicen que no conocen la ciudad, pero en realidad ellos tienen muchos problemas porque viven en una casa que no debe llamarse así, porque no tienen camas, ni zinc, entonces es prácticamente un rancho”, manifestó el docente.
El Maestro tuvo la oportunidad de darle clases a los tres niños fallecidos por la descarga eléctrica del rayo, a quienes describió como buenos muchachos en cuanto a la conducta y de personalidad callada.
Los tres cuerpos fueron llevados en unas cajas de madera que les donó la Gobernación de Chiriquí, que además asignó un vehículo para el traslado de los cadáveres hacia Cerro Viejo, distrito de Besigó, en la comarca Ngobe Buglé.
El Gobernador, Virgilio Vergara, indicó que además se les enviará a los familiares bolsas de comida y prometió hacer un estudio a través del Ministerio de la Vivienda para una posible solución habitacional.
A eso de las 6:40 de la tarde de ayer, viernes, salieron los cuerpos hacia el lugar de la tragedia a donde llegarían aproximadamente a las 9:00 de la noche, después de cargar entre varias personas las cajas de madera a través del área semi montañosa en ascenso.
Por la demora que ya tienen los cuerpos desde el día en que fallecieron, se espera que hoy, sábado, a primeras horas de la mañana, los mismos sean enterrados en el cementerio de la comunidad.