Nuestro planeta es un lugar dinámico, en donde el medio ambiente y las criaturas que en él habitan conviven en un ciclo de armonía. Por desgracia, la depredación humana y el progreso industrializado han comenzado a consumir los pocos recursos naturales que la Tierra todavía tiene disponible, afectado su entorno.
Hoy, cuando conmemoramos otro aniversario del Día de la Tierra, el hombre debe comprender mejor el significado de esta fecha. El mundo está cambiando y muchas naciones han sufrido en los últimos meses por la furia de la naturaleza.
Los desastres provocados por el Huracán Katrina en Nueva Orleáns y el gigantesco tsunami en el Océano Indico han servido de claras advertencias de que nuestro mundo se resiente de los abusos que comete la humanidad en contra de la naturaleza. Incluso, nos resalta que millones de personas corren el peligro de perecer, si no respetamos el frágil medio ambiente en donde vivimos.
Al parecer, las autoridades en el Istmo ya han comenzado a comprender lo importante que es salvar nuestro entorno. Se han dado los primeros pasos para sanear la contaminada Bahía de Panamá, que una vez fue un hermoso balneario, hoy devastada por el crecimiento urbano.
De igual manera, se han reforzado las políticas ecologistas en diversos puntos del país. Pero aún falta mucho por hacer, para detener la caza indiscriminada y la tala de la selva tropical, que nos sirve de pulmón de aire fresco, además de soporte vital para las operaciones del Canal Interoceánico.
La Tierra es el único lugar que nos queda para subsistir. Debemos cuidar con responsabilidad y todos nuestros esfuerzos nuestros bosques, ríos y mares, para dejar a nuestros descendientes un mejor sitio para desenvolvernos.