Con una misa, cientos de bocatoreños recordarán aquel fatídico 22 de abril de 1,991, cuando un terremoto de 7.6 grados de intensidad, cobrara la vida de 23 personas y millones de balboas en pérdidas.
Eran aproximadamente las 5:30 p.m., cuando de pronto la tierra se estremeció, nadie sabía lo que sucedía, gritos, llantos, casas cayéndose, cientos de productos de supermercados destrozados en el suelo y calles abiertas.
Gran cantidad de arena salió de las entrañas de la tierra. Nunca se imaginaron los residentes de la provincia que ocurriría un fenómeno de esta magnitud, que hasta las líneas férreas, construidas de hierro puro, quedaron totalmente dobladas. Ni hablar de los coches del ferrocarril, con las llantas al aire.
Pasado 12 años de la tragedia, aún existen muchas casas averiadas, unas en Finca 44, otras en el cuadrante de Base Line, en Almirante, la Isla Colón, entre otras. Un grupo de damnificados y afectados por el sismo, decidieron formar un Comité Por Ayuda de los Damnificados, pues lo que pensaban eran donaciones recibidas en aquella ocasión, resultaron préstamos que se intentaron cobrar posteriormente.
Debido a la medida, se logró a través de la Asamblea Legislativa, una ley de condonación, cuestionada por algunas personas que no se vieron beneficiadas. |