Cuando en un presupuesto familiar se han determinado los objetivos que se quieren cumplir y la cantidad de la que se dispone para ahorrar e invertir, es el momento de elegir el o los instrumentos más adecuados.
En este sentido, ha de tenerse claro que no existen recetas preestablecidas por lo que siempre conviene consultar personalmente en bancos y fondos de inversión cuál es la fórmula más atractiva.
En cualquier caso, esta decisión dependerá tanto del perfil personal como del entorno laboral y familiar. La edad, el número de hijos y los compromisos económicos adquiridos son sólo algunos de los factores que se deben considerar.
Por otra parte, resulta fundamental que el interesado conozca su tolerancia al riesgo. Esta depende tanto de aspectos de personalidad - conservador o agresivo- como de la situación de vida, del nivel de ingresos, del destino que le dará al dinero y de cuánto tiempo durará la inversión.
En términos generales, las alternativas de ahorro e inversión se clasifican en instrumentos de renta fija y de renta variable. Éstos combinan, en mayor o menor grado, riesgo y retorno. Considerando todo lo anterior, hay que analizar las diferentes opciones. Y tomar así una decisión informada. Eso sí, un aspecto clave para aminorar los riesgos se basa en diversificar las inversiones.
ESTABLECER OBJETIVOS
El primer paso en la elaboración de un presupuesto es determinar cuáles son los objetivos que se quieren lograr, que van desde financiar las vacaciones del próximo año, pasando por la compra de una casa o solventar la educación de los hijos, hasta contar con los fondos necesarios para tener una vejez tranquila.
Cualquiera que sean los objetivos -que dependen de las necesidades, intereses y sueños de cada uno-, éstos deben cumplir con ciertos parámetros:
Hacer una lista de prioridades, ya que es casi imposible cumplir todas las metas simultáneamente.- Establecer unos objetivos realistas, que deben ser acordes a los ingresos y posibilidades.- Plantear un plazo definido para concretarlos. Al fin y al cabo, esta es la única manera de tomar las acciones más adecuadas para una efectiva planificación de las inversiones. |