Hay quienes creen que la corrupción solo tiene que ver con el pervertido ejercicio del poder político.
Nada más lejos de la realidad.
El clásico "juega vivo", que tanto caracteriza a los panameños, no es otra cosa que la más cruda y popular expresión de corrupción. Cuando le ponemos más énfasis a la "palanca" que a los méritos personales: corrupción. Cuando tomamos el puesto que era de otro en un bus: corrupción. Cuando dejamos de pagar algún producto que tomamos en el supermercado: corrupción. Cuando aprovechamos nuestro puesto de trabajo para beneficiarnos personalmente de alguna situación: corrupción.
Incluso hay quienes estudian algunas carreras que propician mucha comodidad económica (médicos, abogados, arquitectos, ingenieros, etc.), y lo hacen solo por el dinero que va a generar, y no por el bien público que se puede proveer, ni por el simple beneplácito de hacer lo que gusta y llena espiritualmente.
Corrupción también es copiarse en la escuela, mentir a la familia, tener relaciones sexuales con el marido de otra, o la mujer de otro: muy pocos se ponen a pensar en lo que realmente es la corrupción, que en Panamá parece serlo todo. |