La Misión de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) en Kosovo condenó ayer el atentado en Prístina en el que murió un funcionario serbio y cuatro resultaron heridos.
La explosión de un artefacto colocado debajo de un automóvil en el centro de la capital kosovar costó la vida a un empleado de la oficina del Gobierno yugoslavo en Prístina y causó heridas a cuatro.
"La violencia tiene como objetivo anular los progresos que se han logrado en Kosovo", denunció el jefe de la misión de la OSCE en Kosovo, Daan Everts.
La provincia de Kosovo, de mayoría separatista albanesa, es jurídicamente parte de Serbia y de Yugoslavia, pero de hecho es un protectorado internacional desde junio de 1999.
Serbios y otras comunidades minoritarias en Kosovo son con frecuencia objeto de la violencia de los extremistas albaneses. |