En el cementerio de Nueva Jersey, Estados Unidos, existe una lápida que tiene grabado un número telefónico. Además del obligado nombre del difunto y sus fechas de nacimiento y defunción, la mujer decidió darle un toque de originalidad a la tumba de su marido e incorporó el número de su celular.
"Si estoy triste, lo llamo y se me pasa. Creo que hay gente que se alegra sólo con escuchar la voz de su ser querido", explicó la viuda para justificar su extraña ocurrencia. Es que, pese a que el hombre falleció hace tres años, el celular sigue funcionando.
"Hola, este es el buzón de voz de John Jacobs, deje el mensaje cuando suene la señal y te llamaré", es el mensaje que escucha la viuda (y algún que otro curioso) cuando lo llama.