El trabajo de obrero de la construcción es uno de los más peligrosos. Y tomando en cuenta el tipo de construcciones que están en boga hoy en día (edificios altos), el peligro se intensifica con la probabilidad de caídas desde grandes alturas.
En los últimos años, con el extraordinario crecimiento del sector construcción, algunas promotoras de megaproyectos han cometido faltas graves a los reglamentos de seguridad. Estas faltas han traído como consecuencia la muerte de decenas de trabajadores.
Pero la responsabilidad no es solo de los promotores, ya que cuando vemos a obreros trabajando en los proyectos en curso, vemos algunas faltas de precaución y cuidado que rayan en lo infantil.
Cuando se trata de seguridad mientras se labora en la construcción, el nombre del juego es cuidarse uno mismo y a su compañero de trabajo. Este es un trabajo en equipo, y cuando una unidad cae, toda la obra se ve afectada. Y más importante aún, se pierde una vida.
Los trabajadores tienen que estar conscientes de que siempre deben tener puestos sus cascos, guantes, y utilizar los arneses de seguridad cuando así lo amerite el trabajo. Y siempre, siempre hay que mirar a su alrededor, tratando de prever los posibles accidentes.
Los empleadores están obligados no solo por ley, sino moralmente, a instalar redes de seguridad en las construcciones, así como de proveer a todos los obreros los implementos necesarios para evitar lesiones graves.
Es necesario que se logre la aprobación de un nuevo reglamento de seguridad en la construcción, con el fin de que accidentes como los que han ocurrido en los últimos años se minimicen al máximo.