El jefe del Gabinete argentino, Alberto Fernández, reclamó medidas "contundentes" para combatir la ola de delincuencia que azota al conurbano de la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito argentino, y que causa fuerte preocupación en el gobierno federal.
En declaraciones radiales, Fernández advirtió que el designado ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanian, deberá "producir efectos muy contundentes en el corto plazo, que cambien la política de seguridad y la forma de actuar de la Policía de (la provincia de) Buenos Aires".
Se trata de la mayor fuerza de seguridad del país, con 40.000 efectivos, acusada de actuar en muchos casos en connivencia con la delincuencia.
La ciudadanía muestra un fuerte descontento por el creciente número de robos y secuestros extorsivos en la populosa periferia capitalina, donde viven 10 millones de habitantes.
Arslanian, titular del tribunal que en 1985 condenó a severas penas a los jerarcas de la última dictadura (1976-83), asumirá el martes su función, tras haber ocupado el mismo cargo en 1998, cuando puso en marcha una purga en la policía bonarense, que luego se detuvo.