El baile de balsería es autóctono de la etnia ngöbe-buglé, se practica en eventos de relevancia como congresos, matrimonios, visitas especiales etc.
Se trata de un baile al ritmo de sonidos extraídos de calabazas, bambú y concha de tortuga jicotea, entre otros instrumentos escogidos de la naturaleza que los rodea.
En eventos muy especiales los atuendos utilizados por los bailarines son sombreros hechos a base de bejucos y hojas de palmas, adornados con plumas de pavo de montaña, corteza de árboles; camisas de colores cuyas tintas son extraídas de raíces de árboles; pantalones largos, la mayoría de las veces sin zapatos, y en la espalda, pueden llevar cueros rellenos de tigres, oso hormiguero, gato solo u otro animal considerado por los indígenas como animales rápidos, mortales y astutos.
El propósito es que el espíritu del animal le transmita esas cualidades al sujeto que finalmente danza con una lanza en la mano y con la cual, en algún momento debe acertarle a su oponente en las piernas.
Quien más acierte es el vencedor, actualmente el premio son aplausos, o algún premio especial; sin embargo, en algunas áreas prevalecen las viejas costumbres, el vencedor se lleva la mujer del vencido, o el vencido se tiene que ir de la casa para que su oponente la ocupe.
Otro de los premios es la ventaja de escoger a la mejor doncella, pero además, la práctica se puede tornar sangrienta, las lanzas pueden ir muy afiladas o con puntas de cuchillos o machetes, aunque ya este estilo está casi extinto, pero cuando se trata de contrincantes afectados por la chicha fuerte o el licor, se dan.