¡Hasta ellas se vuelven locas!
No son políticos, partidos ni diplomáticos. En el palacio presidencial hay cuatro seres a quienes también se les contagia la locura. Gracias a Dios que solo es a ratos; la mayor parte del tiempo se comportan lo más cuerdo posible.
De ellos, dos son machos: Cala y Pannaba; y dos hembras: Perla y Blangel. Estas cuatro personalidades conviven en la Presidencia de la República. Allá, de vez en cuando tienen sus broncas y saltan, pero no a otras toldas políticas, sino a los pasillos del área residencial del Presidente. Imagínese que han llegado a irrumpir la paz del Salón que -paradójicamente- lleva ese mismo nombre: ¡Paz!
Entonces ponen en aprietos a la seguridad y los empleados del Palacio, quienes tienen que hacerlos entrar en la poca razón que pueden tener para que vuelvan a sus posiciones. En pocos minutos todo retorna a la tranquilidad...
Y... así como el Mandatario pudo comer amenamente con sus tres predecesores; estos seres también degustan juntos las exquisiteces de la alta cocina: variedad de mariscos, entre esos, camarones y filete de pescado. Cada uno se alimenta con más de dos libras de marisco por día. Tienen su habitación especial y hasta su médico de cabecera.
Reyes y reinas, príncipes y princesas, jefes de Estado y primeras damas de otras tierras han oído de la fama de estas personalidades y apenas llegan a la casa de Gobierno, son aquellos inquilinos por lo primero que preguntan. Por eso, al gobernante Ricardo Martinelli le gusta verlas limpias, elegantes, bellas y en buena forma... No vaya a pensar mal, son las garzas del Palacio Presidencial...