Rodeada de la humildad más grande, a sus cien años, vive María Guerra quien señala que la vida le ha sido dura con ella, pero mantiene la esperanza de que los gobernantes de nuestro país se acuerden de ella y algún día le ayuden para sobrevivir hasta el último día que "Dios le tenga con vida".
Comentó que comiendo arroz, frijoles, empanadas de maíz y algunos dulces y frutas como mango, piña y otras ha logrado llegar a la meta de cien años, con una vida muy dura, según ella, porque no logró cumplir algunos objetivos trazados en su vida como poder construir una casa con todas las comodidades que todos quisiéramos.
María Guerra, tuvo dos hijos un varón y una mujer, ambos de edades avanzadas que no tienen trabajo permanente para que la puedan ayudar en su pobreza, sin embargo a esta edad, aún no pierde las esperanzas de superarla y poder mejorar sus condiciones actuales de vida.
A esta edad María, no quiere ser recluida en el asilo para ancianos, porque cree que se convertiría en una carga para los que asisten a estas personas de edades avanzadas, además dijo que está acostumbrada a hacer sus quehaceres de todos los días cocina, lava su ropa, limpia su casita y hace su aseo personal.
Pese a las condiciones de extrema pobreza en que vive esta anciana en la barriada San Martín de Porres de la ciudad de Santiago, ninguna autoridad de esta provincia se ha preocupado por mejorar la forma de vida y sacarla del abandono, pese a que años tras años los políticos se han servido de ella para el voto.
Se siente enferma y poco es lo que ve, pues sus ojos deberán ser operados, pero sus condiciones económicas no se le permiten, sobrevive de lo poco que su único hijo consigue como jornalero limpiando patio y otros trabajos que poco es lo que gana.
Comentó que trabajó muchos años de empleada doméstica sin Seguro Social, y con ello pudo mantener a sus dos hijos cuyo padre los abandonó cuando estaban chicos, pero ellos también ya están viejos y es poco lo que pueden trabajar y darle algo a ella.
Juan Yánez , residente en la ciudad de Santiago, destacó que María Guerra, está atravesando momentos muy difíciles, por las condiciones en que vive, pero para eso están nuestras autoridades y los ministerios respectivos que deben ser los que se enteren de los problemas que hay en la comunidad.
Aseveró que no es posible que en este céntrico sector, una persona necesita ayuda, y nadie se entere y lo peor aún es que a pocos metros hay dos instituciones gubernamentales que pueden proyectar obras de interés social a la comunidad.
No obstante considera que en la provincia de Veraguas, se ha detectado en algunas oficinas de instituciones provinciales el exceso de personal, haciendo casi nada devengando sueldos exorbitantes que todos pagamos, lo que más bien deberían ser utilizados para ayudar a personas como la señora María Guerra.