El asesinato de 30 personas en el suburbio norte de Rio de Janeiro fue anunciado con al menos tres días de anticipación, de acuerdo con declaraciones de testigos de la mayor masacre cometida en este estado desde 1993.
Según el diputado Geraldo Moreira, de la Asamblea Legislativa de Rio de Janeiro, 18 testigos aseguraron haber sido advertidos de la matanza, ocurrida la noche del jueves en los barrios de Nova Igua.
Once policías permanecían detenidos el lunes bajo sospecha de haber participado en el asesinato.
Cuatro de los policías permanecían detenidos en un cuartel de la Policía Militar (un cuerpo subordinado al Estado de Rio de Janeiro), en el centro de la ciudad, en base a denuncias de testigos, dijo a la AFP un vocero de la Policía Federal.
Los otros siete policías se encuentran detenidos en sus cuarteles a la espera de más pruebas para encaminar los casos ante la justicia, dijo a su vez una portavoz de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Rio de Janeiro. Todos los sospechosos de la matanza pertenecen a la Policía Militar (PM).