Ionicia Rodríguez de Soto, es una artesana del corregimiento de San Francisco, en la provincia de Veraguas, que con sus hábiles manos, confecciona manteles, jarrones, tembleques y polleras que han sido utilizados por grandes personalidades del folclor nacional.
CANSADA DE LA POBREZA
En el 2002, Ionicia , era una madre desempleada, cansada de la pobreza y con el deseo de darle lo mejor a su esposo y sus hijos; decidió sacarle provecho a una habilidad especial que Dios le otorgó desde muy pequeña. “A mí siempre me gustaron las manualidades y tengo manos para hacer cosas bonitas” aseguró sonriente.
Después de vivir 11 años en la finca de su esposo, ubicada en la comunidad rural de San José, se marchó junto a su familia al corregimiento cabecera San Francisco, en busca de oportunidad de estudio, y un mejor futuro.
Para el 2003, asistió a un curso de manualidades que ofreció el Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), donde aprendió nuevas técnicas para trabajar las polleras y tembleques.
LA ESCAMAS DE UN PEZ ESPERANZA
Uno de los recuerdos mejores guardados por esta artesana, fue el día que su esposo le regaló un pez que él mismo pescó para ella, éste tenía las escamas celestes, lo cual le llamó mucho la atención y decidió guardarlas por más de 15 años, prometiéndose a sí misma que algún día aprendería a hacer tembleques y le haría unos a sus hijas.
“Para mí terminar esos tembleques después del curso, fue un sueño de amor hecho realidad” confesó Rodríguez.
Con el tiempo, esta madre abnegada también le confeccionó las polleras veragüences a sus hijas con las que ganaron premios en la escuela.
Ionicia es madre de cuatro hijos, dos varones y dos hijas, también crió un sobrino que considera como su hijo, y por quienes asegura que daría la vida, sus manualidades significan no sólo la entrada de dinero más significativa de su hogar, sino una pasión a la cual dedica tiempo.
ESTUDIAR, ESO SOLO TIENE EL POBRE
Para ella la gente pobre tiene que trabajar, pero sobre todo estudiar, aunque cueste mucho sacrificio, porque es la única manera de salir de la pobreza, ella siempre exhorta a los jóvenes a trabajar, y alejarse de la vagancia, los vicios y cualquier cosa que distraiga a la gente de sus metas.
La generosidad de Ionicia la ha llevado a replicar sus conocimientos a otras señoras, con la esperanza de que salgan de la pobreza y saquen adelante sus familias con el talento de sus manos.