Es deliciosa, verdaderamente deliciosa, la Sangrada Escritura con los riquísimos mensajes que tendrán a mano los asiduos creyentes a quienes se les ha confiado la Palabra de Dios. Por ello el citado Documento Católico se le ha llamado "un regalo del cristianismo". ¿Qué ventaja tiene, pues el cristiano? Mucha, ciertamente, al tener en sus manos un tesoro inestimable, una valiosa joya de la Literatura Cristiana.
Pocas son las personas que son fieles a tan máxima Lectura de la Biblia. Poca gente creyente la estudian, la traducen, la defienden y la aprecian. A donde llegue la planta de un cristiano; también llega la Biblia: Palabra de Dios, pan del alma y nutricia sabia del espíritu panameño.
La Iglesia a lo largo de los siglos se ha manifestado como poderosa impulsora de la divulgación del citado libro. Las Iglesias panameñas son ejemplos vivos en su misión ardua de divulgación bíblica. Acto que acrecienta día a día líderes eruditos sacros. Estos han sido excelentes luminarias que han puesto en manos de las gentes la Palabra de Dios. He aquí algunos: San Agustín, Wejeler, Lutero, Juan XXIII, Alfonso El Sabio, Benito A. Montano, J. Gutenberg... Hombres de una vida heroica, totalmente dedicada a Dios y a la humanidad. Dante fue un profeta enviado por Dios en su época para dar a la Iglesia un mensaje invitándola a la pureza cristiana. Su amonestación al estudio de la Biblia es claro: "Tenéis Nuevo y Antiguo Testamento y de pastor de la Iglesia habéis por guía y esto basta al eterno salvamento". Su famosa obra la "Divina Comedia", hermosa flor del jardín universal de la literatura universal, contiene muchos conocimientos bíblicos.
La Palabra de Dios dice: "Una explicación cristiana debe hacer pensar siempre en el lenguaje del médico a la cabecera del enfermo", Kierbegaar fue un sincero cristiano. El cristiano debe ser alguien que trate al enfermo en forma personal, hasta restaurarle la salud quebrantada. En esa forma Cristo llamó a la "mujer de Samaria", alma dormida en el pecado, y la despertó a la realidad de una vida cristiana, de manera activa en su pueblo. El camino para hallar el contacto con Dios fue la fe, una fe viva, y en la necesidad de actuar mediante esa fe.