El banco francés BNP Paribas anunció ayer la venta de sus filiales en Panamá, Bahamas y Caimán al canadiense Scotia, dentro de sus planes para abandonar una serie de países o jurisdicciones a los que internacionalmente se les reprocha actuar como paraísos fiscales.
La cesión al banco Scotia de esas filiales, que se dedicaban a la actividad de gestión privada, se formalizará en el tercer trimestre del año, una vez que se hayan obtenido las autorizaciones de las autoridades competentes, indicó el BNP en un comunicado.
La entidad francesa, que no dio detalles de las condiciones de la transacción porque ambas partes han decidido mantenerlas confidenciales, se limitó a señalar que "no tendrá impacto financiero significativo" en sus cuentas.
También recordó que en septiembre del año pasado había indicado que abandonaría el negocio de la gestión privada en esas tres jurisdicciones, pero también de Costa Rica y Uruguay porque no cumplían los estándares de lucha contra la evasión fiscal fijadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Antes de terminar 2009 ya salió de Costa Rica y Uruguay, que aunque no figuraban en la "lista gris" de paraísos fiscales de la OCDE, sí estaban en una segunda lista de "otros centros financieros" que, a juicio de esta organismo, no habían aplicado suficientemente los estándares internacionales.