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María Ortiz, junto a sus hijos, quienes con mucho sacrificio unos han ido a la escuela. María tenía 13 años de trabajar en esta empresa camaronera. |
Difíciles son los días que están viviendo las familias de los trabajadores de Agromarina de Panamá, luego de que esta empresa anunciara en su situación económica, supuestamente afectada por la llegada del virus de la mancha blanca del camarón.
El no tener dinero para alimentarse, para enviar a sus hijos a la escuela, la primera semana de clases y deudas y más deudas, es lo único que pueden hablar estas familias.
De acuerdo con Manuel Arosemena, empleado de la empresa camaronera desde hace año y medio, por carecer de dinero ha tenido que recurrir a la pesca, esto para poder sus cinco hijos y su esposa se puedan alimentar, esta última que padece de una enfermedad que la causa dolores en los huesos.
Señaló que ahora sin seguro social la madre de sus hijos está pasando páramos "ya que no tienen para comprar ni los medicamentos".
Por su parte, Carlos Antonio Chanis, residente en Calle Cuba de Aguadulce manifestó que sin uniformes, útiles escolares, sus cuatro hijos no pudieron asistir a clases la primera semana.
El trabajador indicó, que desde hace tres meses que no les pagan salarios ha tenido que endeudarse con vecinos y con supermercados para llevar algo a su casa, aunque su esposa Angel González recalcó que en su hogar sólo se cocina una sola vez.
María Ortiz, quien laboró por 13 años en esta compañía, recordó que en sus inicios la misma exigía mucho al trabajador. Dijo además que entraba a las 7 de la mañana y salía a la una o dos de madrugada del día siguiente, es decir tenía hora de entrada, pero no de salida.
Después que nos exprimieron, ahora no hay plata y es un lío para que nos respondan", expresó.
Dijo que por lo menos en su hogar su esposo, en estos momentos es quien lleva el dinero a su casa B/. 104.00 quincenales, que no es mucho, pero algo es para seguir adelante.
Por otro lado, Germán Carpintero y Ananías Mendoza, ambos oriundos de la comunidad de Las Palmas de Veraguas y miembros de la etnia Ngöbe Buglé piden a el encargado de Agromarina de Panamá que cumplan con ellos.
Ambos enfatizaron que desde hace seis años y medio, William More, uno de los grandes representantes de esta empresa logró conversar con la dirigencia indígenas, precisamente con el Comisionado de la Comarca a que pertenecen, Víctor Guerra, quien manifestó que necesitaban personas de este grupo para trabajar en Aguadulce.
Mendoza señaló que a ellos se les decía "que la gente de Coclé en vez de trabajar en la empresa lo que iban era a robar", razón por la cual More pedía el apoyo a la comarca.
Ambos se iniciaron, siendo celadores con un sueldo de B/. 100.00 y que posteriormente fuera aumentado a B/. 125, indicaron que al momento que este señor hizo el convenio con Guerra, le manifestó que cada vez que se presentara algún problema iba a llamar a la dirigencia indígena para ver que se podía hacerse.
Señalaron en aquella ocasión entraron a la empresa, siete, quedando a las finales sólo dos.
Brunilda Caballero, otras de los trabajadores de Agromarina de Panamá, miembro del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Agropecuaria, Ganadería, leche, Similares (SINATIAGLS), indicó que nunca, por parte de la empresa llegaron a conocer que su compañeros iban a trabajar en Aguadulce "que venían de tan lejos a pasar páramos al igual que ellos".
"Por los menos nosotros contamos con nuestras familias y algunas amistades que nos han ayudado en este problema, pero qué se puede esperar de los que no tienen a nadie, pienso que la empresa abusó de estos señores, quienes le regalaron sus esfuerzos", agregó.
Carpintero enfatizó que sus cuatro hijos, la más pequeña de un año, sólo se alimenta con dos mamaderas al día, mientras que él y el resto de los niños, uno de 4,5 y 8 años se mantienen con una sola comida al día.
El pasado jueves 15 de marzo los trabajadores de Agromarina de Panamá S.A., tanto de las plantas de Aguadulce y Veracruz recibieron el pago correspondiente al fondo de cesantía, prima de antigüedad.
En aquella ocasión Diodoro Ramos, secretario general de SINATIAGLS, dio a conocer que esta empresa, correspondiente al fondo de cesantía, debía un total de 135 mil 327 balboas con 27 centésimos, dinero que aparecía depositado en el HSBC Bank PLC.
Según Cecilio Saénz, director regional de Trabajo de Coclé, de este grupo de trabajadores hay quienes recibieron 200, 500 y 700 balboas, dependiendo de los años de servicio en la empresa. Ramos dijo que el pago del fondo de cesantía es uno de los derechos de los trabajadores, pero aún faltan las prestaciones que ascienden a los 700 mil dólares, fuera de indemnizaciones, repuesta que esperan esta semana. |