 |
Fuerte bombardeo en la capital iraquí.  |
Estados Unidos y Gran Bretaña lanzaron el viernes una impresionante cantidad de explosivos sobre Bagdad y otras ciudades, en un esfuerzo tendiente a demoler la resistencia militar de Irak y forzar a la rendición.
Las explosiones retumbaron el centro de Bagdad, donde grandes columnas de humo se elevaban al cielo mientras seguía cayendo una lluvia de bombas.
Dos horas después, por primera vez desde que comenzó la invasión se escuchó el sonido de aviones que sobrevolaban la ciudad.
Un gran incendio iluminaba el sector sur de la ciudad, donde un palacio presidencial fue alcanzado por misiles en el peor ataque desde el inicio de las acciones.
Aun cuando las fuerzas del presidente Saddam Hussein respondieron al ataque en la capital y otros puntos importantes, también dieron la impresión de baja moral con rendiciones ante las fuerzas de ocupación quienes, en la captura de algunas poblaciones, fueron recibidos sin animosidad por los civiles.
No se conoció de inmediato las bajas iraquíes.
RUMSFELD Y MYERS
A poco de iniciarse los bombardeos a Bagdad, en la Casa Blanca, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld confirmó el lanzamiento de la "guerra aérea".
Explicó que las operaciones tenían varios objetivos, entre ellos terminar con el régimen de Saddam Hussein e identificar y eliminar armas de destrucción masiva.
En la misma conferencia de prensa, el jefe del comandando conjunto, General Richard Myers dijo que cientos de objetivos serán bombardeados en las próximas horas.
Rumsfeld confirmó la muerte de un segundo infante de marina bajo fuego iraquí que se agregan a otros ocho británicos y cuatro estadounidenses muertos al caer su helicóptero en la frontera con Kuwait.
Según Rumsfeld, no se tienen noticias sobre la suerte de Saddam Hussein, pero se sabe -dijo- que el gobierno está perdiendo el control del poder.
Paralelamente en Bagdad, en medio del bombardeo, el ministro de defensa iraquí, Sultan Hashim Ahmed expresó que "no hay fuerza en el mundo" que conquiste Irak. |