En esta hora que vive la Patria, cuando nadie cree en nadie, y por ningún lugar se encuentran referente o modelos que imitar, la juventud panameña está en manos de las peores circunstancias.
Lo jóvenes han aprendido que el mal sí paga, que ser corrupto no importa porque nunca agarran a quien sabe hacer las maldades, que no importa mentir, que el soborno es un buen mecanismo para lograr objetivos, que la política solo sirve para enriquecerse y que más que el estudio y el trabajo, lo que más importa en el camino de ascenso en la vida es "la palanca".
Estos son algunos de los más lamentables mensajes entre los que están creciendo nuestros jóvenes. Algunos dirán que la cosa no está tan grave porque "siempre ha sido así, y hasta peor, y los muchachos han seguido adelante". Semejante forma de pensar es lo que nos tiene al país y al mundo en este callejón.
Y nuestros jóvenes son las más lamentables víctimas. Si no corregimos el camino, y damos ejemplos de disciplina y justicia, para que los muchachos aprendan cuáles son los mejores caminos, pronto veremos repetidas las historias, incluso mucho más graves, y serán los jóvenes de hoy, los nuevos criminales del mañana.
Los políticos y empresarios corruptos, así como todo aquel (en las escuelas, las iglesias y diversos clubes) que no están haciendo nada al respecto para mejorar las situaciones, serán responsables de semejante crimen. |