CUARTILLAS
Dos
Por eso los panameños debemos respaldar a países como Formosa (Taiwan), ante las presiones de toda clase que hagan los chinos comunistas para anexarlos, capturarlos y borrarlos del mapa como nación soberana.
 
Milciades A. Ortiz Jr.
Colaborador
A veces soy pesimista sobre los derechos humanos y la lucha de ciertos países por conseguir democracia en todo el mundo. En América Latina tenemos el caso de Cuba, donde se irrespetan todos los derechos humanos y la democracia brilla por su ausencia. Sin embargo, muchos gobiernos del continente se quedan callados y permiten al dictador hacer sus espectáculos en cuanta reunión participa. No se atreven a llamar al "pan, pan y al vino, vino," y decir que en Cuba no hay democracia sino una dictadura de cuarenta años. Más allá del continente está el caso de la China Comunista, que muchos países no quieren presionar para que tenga una vida democrática. Son más de mil millones de personas que viven en un régimen dictatorial, que aplasta con tanques cualquier protesta de jóvenes que piden libertad de expresión y derechos humanos. El país más poderoso del mundo, Estados Unidos, que hace un escándalo por la falta de derecho humanos en otras naciones, guarda prudencial silencio ante la realidad de la China Roja. La razón es muy sencilla: China Comunista representa un enorme mercado para E.U. Por lo tanto, mejor es no enemistarse con ella porque se perdería mucho dinero. Compañías norteamericanos hacen buenos negocios con un gobierno despótico, que avasalla a su pueblo y no le permite vivir en libertad. Frente a la costa de China, en la isla de Formosa, existe desde hace más de treinta años otra China, allí, ya hay un gobierno elegido democráticamente y se respira libertad y respetan los derechos humanos. Esos veintidós millones de chinos libres tienen que vivir bajo la constante amenaza de los comunistas, quienes quieren aplastarlos por la fuerza. Así lograron sacarlos de las Naciones Unidas, y pocos países se opusieron a que un gobierno dictatorial representara al pueblo chino. Aquí en Panamá hemos tenido muy buenas relaciones con representantes de esos chinos libres, no comunistas. Desde los años sesenta nos han orientado en la agricultura, tecnología y otras actividades de desarrollo. Y lo han hecho sin causarnos problemas internacionales, cosa que no ocurre con los Chinos Comunistas. Hay que recordar cómo se habló mal de Panamá y el manejo del Canal, por el hecho de que los principales puertos de entrada a esa vía, fueron comprados por empresas donde hay capital de China Roja. (Me aseguraron que incluso en los teléfonos existe dinero que viene del régimen antidemocrático chino, y nadie se preocupa por esto). El gobierno de la China Comunista siempre se ha caracterizado por ser guerreador. Allí está su participación con "voluntarios" en Corea, en Vietnam y otros movimientos subversivos del Asia. Nadie puede garantizar que China Roja en cinco, diez o veinte años, no vuelva a sus aventuras militares; que quiera convertir el Canal de Panamá en un blanco militar para molestar a E.U. y el mundo libre. Los panameños sabemos lo que es vivir en un régimen dictatorial. Los militares narcotraficantes coquetearon con países comunistas como Cuba, así como con organizaciones izquierdistas. Estuvimos a punto de convertirnos en otra Cuba, con Noriega como dictador perpetuo, sostenido por los "ñángaras" panameños e internacionales. Por eso los panameños debemos respaldar a países como Formosa (Taiwan), ante las presiones de toda clase que hagan los chinos comunistas para anexarlos, capturarlos y borrarlos del mapa como nación soberana.
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