Estados Unidos refrendó en Moscú su condición de primera potencia mundial del atletismo al conquistar tres de las cuatro medallas de oro que estaban en juego en la primera jornada de los XI campeonatos del mundo en pista cubierta.
Leonard Scott y MeLisa Barber se coronaron reyes de la velocidad pura con marcas respectivas de 6.50 y 7.01 segundos, y Reese Hofa exhibió su formidable potencia al ganar el título de peso con el cuarto mejor tiro de todos los tiempos (22, 11 metros).