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La señora de Lam, muestra los documentos que certifican que el terreno es suyo. |
Parece que ya ni el Camposanto se puede descansar en paz. Elia Esther Ríos de Lam tuvo una revelación de su esposo muerto, hace nueve años, y cuando fue a visitarlo al Cementerio Municipal de La Chorrera, y se encontró con que habían enterrado a otra persona en su tumba y le habían borrado el nombre de la cruz.
"Yo tuve un sueño en el que veía su cajón y su cuerpo, y yo decía pero si él se murió... y él me dijo, si yo estoy aquí, pero no quepo porque lo que pasa es que ahora somos dos muertos", dijo llorando frente a la tumba de su esposo, Nemesio Lam Taymes, quien laboró por muchos años en el Instituto Profesional y Técnico de La Chorrera.
Este jueves la señora Elia de Lam, fue al municipio a hacer las averiguaciones en torno a la bóveda de su difunto marido, pero la sorpresa fue mayor que la primera, pues la persona que había hecho uso del terreno que ella había comprado, era nada más y nada menos que la ex mujer de su esposo, Palmira Díaz.
Encargados de administrar el cementerio manifestaron que concedieron el permiso para el entierro del señor Fabián Toro Zúñiga, ocurrido el 5 de febrero, porque la señora Palmira Díaz llevó la escritura que data de 1994, como propietaria de la bóveda. En ese entonces argumentó que los restos del profesor Lam están abajo del otro difunto.
Palmira Díaz, aseguró que cuando Nemesio Lam, murió ella era su mujer oficial y pagó el terreno en 1994, porque a pesar de ser colonense quería que cuando muriera lo enterraran en La Chorrera, y yo tengo el título de propiedad... Yo le borré el nombre de la cruz porque iba a ser otra persona, pero se lo voy a volver a poner.
Según Palmira, los restos que reposan ahora junto a su anterior marido, son los del padre de sus hijas, y tuvo que hacerle la obra de caridad, porque ella no vivía con él, "pero lo hice porque me considero la dueña... yo metí los restos de mi primer marido en una cajita y los puse encima del otro".
Sin embargo, la señora Elia de Lam, dice que cuando ella enterró a su esposo en el año 1993, un señor llamado "Polo" le tramitó el terreno y le dijo que en 1996 fuera al municipio a comprar el terreno como en efecto lo hizo, "pero ahora aparece que la otra señora compró en 1994, un año después del muerto".
La alcaldesa de La Chorrera, Yolanda Villa de Arosemena, lamentó el hecho y dijo que se tendrán que tomar las medidas legales correspondientes, dándole la mejor solución a este problema. |