FAMILIA
La felicidad
Joaquín A. Arias E.
Presidente Pro Vida
El destino del hombre es
la felicidad. Todos estamos siempre deseando el placer y el goce duradero,
estimulados por nuestros instintos, buscando cada vez mejorar nuestra situación
para así poder vivir con menos angustia, en nuestra historia el hombre
siempre ha ido en pos de la felicidad aunque muy pocos la alcanzaron y muchos
otros se lo impidieron. Casi nadie que busca la dicha la encuentra allí
donde la está buscando. Usualmente la verdadera felicidad se origina
en el nacimiento de nuestros actos. La dicha es la inseparable amiga de
la verdad, el afecto, la sencillez, la armonía y la belleza. Hombres
que almacenaron riquezas y no las pudieron disfrutar, suelen decir: bueno,
dinero no me falta, pero ya nada me emociona. Otros muchos buscan como locos
ser dichosos labrando su propia desgracia por que la persiguen donde no
está; por sus problemas de riquezas y egoísmos construyen
solitos una gran muralla contra la felicidad. El verdadero goce del vivir
es para quienes saben ver y apreciar las cosas que la vida presenta con
desinterés. Cuando no se alcanza la felicidad, después de
haber perdido los mejores años de la vida dedicados a conseguir dinero
descuidando las amistades y la superación personal, se sufren grandes
desengaños. Nunca seran felices quienes pretenden aumenar su felicidad
si solo buscan el placer egoistamente; al no pensar solo en sí mismos
no hacen sino llenar su ambición pero no serán realmente felices:
la dicha se consigue cuando nos preocupamos por el bien y el goce de los
demás, solo a través de dar sentiremos la plenitud interior.
El ser humano debe dirigir sus cualidades y facultades hacia la conquista
de la riqueza cuidando sus condiciones morales. Para alcanzar los mejores
resultados, el hombre debiera mantener viva la capacidad de amar la belleza,
la bondad, y la verdad. Miles han despreciado la ocasión de ser felices
sin conseguirlo. Por otro lado tampoco faltan delincuentes que con el afán
de mejorar su situación económica cometen un crimen para enriquecerse.
¡Gravísimo error!.
Estas personas aprovechadas jamás experimentarán el gozo
sino el remordimiento, porque la conciencia siempre se lo reprochará,
tampoco habrá gozo para los lleno de envidia, odio, celos y resentimiento
altentando ideas de venganza. No existe ningún tesoro en el mundo
capaz de proporcionar la verdadera felicidad sino se tiene puro el corazón,
libre la mente y limpia la conciencia. Alguien dijo que la dicha es como
un mosaico compuesto por infinidad de piedrecitas menudísimas, ninguna
de ellas tiene mayor valor por sí sola, pero dispuestas convenientemente,
llegan a conformar imágenes bellas y valiosas joyas de arte. La felicidad
es flor y fruto del dar y volver a dar; no del recibir siempre y no dar,
no puede nadie considerarse feliz que se ha pasado la vida recibiendo sin
dar. No podremos ser felices acumulando riquezas materiales por más
grandes que sean, lo que el hombre es, constituye su dicha o su desgracia;
lo que el hombre es, constituye su dicha o su desgracia; lo que el hombre
tiene en exceso, siempre representará su desdicha, por las grandes
tribulaciones que se le presentarán para mantenerla.
La dicha nace del anhelo de ser útil, de engregarse a los otros
seres humanos sin esperar nada a cambio; aquellas personas que se sienten
deprimidas recuperarán su felicidad dando a los demás auxilios
oportunos, atendiéndoles, hablándoles con amabilidad, siendo
gentiles, esto que va más allá del deber cumplido, al servicio
desinteresado, con cariño y amor; es pues que todo este conjunto
de cosas sencillas, nos hace grandes, acercándonos cada vez más
a la plena felicidad.


|


|
Descubren molécula cuya ausencia ermite
formación de cáncer
 |