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Desintegracion familiar y menores infractores

Redacción
Crítica en Línea
Del conjunto de agentes socializadores, es la familia la que se constituye en la de mayor importancia para el niño. Precisamente a través del vínculo familiar se transmiten desde etapas muy tempranas los diversos modelos culturales, al igual que las normas éticos - morales, y determinados patrones de conducta, que posteriormente darán forma al estilo de adaptación del menor dentro del medio social en el cual se desenvuelve. Se incorporan como tareas esenciales del núcleo familiar proporcionar al individuo bienes materiales (alimento, vestidos, vivienda) y ofrecerle seguridad emocional y sicológica. Dentro del núcleo familiar se promueven formas básicas de iniciación a la vida social, tales como el caminar, el hablar; al igual que la capacidad para amar y ser amado, confiar y ser digno de confianza. A medida que el individuo va evolucionando, se experimenta en grado creciente cierta independencia del núcleo familiar, estableciéndose una mayor relación con el microambiente social en el cual viva. La influencia del núcleo familiar se impone ante los demás factores socializadores, pues proporciona elementos básicos para el niño y su labor ejemplar queda fija durante toda su existencia. Es importante destacar que cuando el colectivo familiar ha fallado en el desarrollo y control de sus responsabilidades de formador, con frecuencia los niños y adolescentes se lanzan a la "avenida", efectúan contactos en esquinas y callejuelas, con niños que han experimentado su misma suerte, dando inicio a un drama social que lo conduce a actividades sancionadas por las normas morales establecidas por la ley, culminado muchas veces en la conformación de grupos de bandas o pandillas juveniles, dispuestas a cometer los más variados y atroces delitos; por ello es explicable algunos fenómenos relacionados con conductas desviadas, tales como la prostitución, la drogadicción y el sicariato, entre otros, en los cuales sobresalen como elemento común, que al examinar los antecedentes del menor infractor, su vida familiar y escolar han sido un fracaso. Cifras ofrecidas por el Tribunal Tutelar, sobre menores infractores, según hogar de procedencia nos indica: - Hogar Completo: 1992 - 609 casos - 1995- 470 casos - Hogar Incompleto: 1992 - 1828 casos - 1995 - 2484 casos Lo cual indica que se produzca un descenso en los casos de delitos de menores procedentes de hogares completos y un incremento en los hogares incompletos. Los menores infractores son muchas veces niños de la calle escapados de los hogares, que deambulan por nuestros vecindarios y crecen en medio de la violencia de nuestra urbe capitalina y cierta áreas rurales de nuestro país; se estima en cerca de 100 millones el número de niños que viven en las calles de los países de América Latina. El niño infractor es ante todo un excluido del proceso educativo y de socialización tradicional, cuyas bases son las familias, la escuela y el trabajo. El niño huye generalmente de una relación familiar en crisis, la cual se revela a través del maltrato, insultos, malos ejemplos de los padres, explotación por parte de estos y a la vez rodeada de condiciones de miseria extrema, malestar económico y en consecuencia físico y afectivo. Su drama social puede impulsarlo a integrarse a las bandas juveniles. Nuestros niños se encuentran hoy en las calles no para jugar a las escondidas sino para sobrevivir. Es importante la estabilidad de las relaciones dentro del núcleo familiar, cualquier desajuste puede dar lugar al surgimiento de profundos sentimientos de frustración y por ende de sentimientos y hostilidad. La familia tendrá éxito o fracaso de acuerdo a su capacidad para conquistar de forma armónica un equilibrio interno de sus funciones esenciales.
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