Fuego entre bomberos Jean Marcel Chéry Crítica en Línea El Consejo de Directores de Zonas del Cuerpo de Bomberos de Panamá restituyó temporalmente en sus cargos al comandante Guillermo Leblanc y al segundo jefe Leopoldo Mójica, quienes habían sido removidos en julio de 1995. La decisión involucra la remoción del actual comandante Christian Arnheiter y del segundo jefe Mario Ramírez. La benemérita institución es regida temporalmente por una Comisión Interventora. Para restituir a Leblanc y Mójica, se argumentó que la decisión de la Junta de Oficiales, que designó a Arnheiter y Ramírez, era ilegal, ya que una decisión de esa índole sólo le compete al Consejo de Directores de Zona. La situación ha generado diferencias entre los grupos que existen en el Cuerpo de Bomberos. El vocero de la Junta de Directores, Julio Luque sostuvo que Arnheiter fue "ascendido" a presidente de la Junta Interventora, la cual tendrá la "responsabilidad" de evaluar la transición registrada en la jefatura del Cuerpo de Bomberos. Mario Ramírez se resistió a su remoción y anunció que interpondrá una demanda ante la Corte Suprema de Justicia, para que la resolución de la Junta de Directores que sin efectos. "Esa decisión ha provocado inestabilidad en el Cuerpo de Bomberos y causará que la entidad se derrumbe, además los bomberos se sienten defraudados, porque la Junta de Directores les quiere arrebatar su carácter de hombres", apuntó Ramírez. No obstante, Arnheiter se mostró satisfecho con los cambios en la Comandancia del Cuerpo de bomberos y le advirtió a Ramírez que no puede convocar al Cuerpo de Oficiales. "Le recomiendo que no lo haga, porque se puede buscar un problema bien grande", apuntó Arnheiter Mientras, Leblanc alega que fue absuelto de todos los cargos que se le imputaron y calificó de injusto de una condena por peculado dudoso que le impuso en mayo de 1995 la Corte Suprema, alegando que el dinero se utilizó para cubrir el flete de un carro bomba.		Mientras, Leblanc alega que fue absuelto de todos los cargos que se le imputaron y calificó de injusto de una condena por peculado dudoso que le impuso en mayo de 1995 la Corte Suprema, alegando que el dinero se utilizó para cubrir el flete de un carro bomba.
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