La permanencia de Imperatori pone en aprietos a Ottawa

Redacción
Crítica en Línea
La negativa del funcionario cubano José Imperatori a salir de Canadá en el plazo marcado por Ottawa coloca a la diplomacia canadiense en una difícil posición y abre interrogantes sobre el desenlace del conflicto. La decisión de La Habana de mantener a Imperatori en Canadá ha sorprendido tanto a las autoridades canadienses como a observadores políticos, sobre todo tras el ultimátum dado por el ministro de Asuntos Exteriores canadiense, Lloyd Axworthy, exigiendo la salida antes del martes. David Welch, profesor de Política y especialista en asuntos cubanos por la Universidad de Toronto, indicó, en unas declaraciones a EFE, que "es realmente increíble su insistencia en volver a Washington y limpiar su nombre de estos cargos." "Parece que tiene una visión romántica, del siglo XVIII, sobre el honor personal", agregó. De acuerdo con las palabras de Axworthy, Imperatori se encuentra ahora ilegalmente en el país, aunque, mientras permanezca en la delegación diplomática cubana en Ottawa, las autoridades migratorias no pueden actuar contra él. Además, informaciones aparecidas el martes en la televisión pública canadiense citando fuentes diplomáticas cubanas señalan que la salud de Imperatori -en huelga de hambre en protesta por su expulsión de EEUU el pasado domingo- se está deteriorando. Según Welch, la situación del ex vicecónsul de la oficina de Intereses cubanos en EEUU acusado de espionaje es propia del "teatro del absurdo" y "todo el asunto es estúpido. Una huelga de hambre es algo especialmente estúpido. No creo que entienda que él no es el asunto central aquí, sino las relaciones entre EEUU y Cuba". Algunas fuentes indican que, llegado a este punto, Imperatori podría alegar que le es imposible abandonar Canadá por motivos de salud, prolongando el disgusto de la diplomacia canadiense por su presencia indeseada. Incluso se ha llegado a conjeturar con la posibilidad de que Imperatori actúe de forma similar a como lo hizo en EEUU cuando renunció a su puesto y se declaró decidido a ser arrestado por las autoridades estadounidenses antes que expulsado del país. Según esta hipótesis, Imperatori abandonaría la protección que le concede la inmunidad de la embajada cubana en Ottawa y obligaría a las autoridades canadienses a expulsarlo del país o permitir su estancia. De momento, el próximo vuelo regular que Imperatori podría tomar para regresar a Cuba es el CU181 de Cubana de Aviación que sale el miércoles a las 14.00 horas (19.00 GMT) de Montreal a La Habana. No parece probable que el Gobierno de Fidel Castro mande un avión especial para recoger a Imperatori ni que éste viaje a La Habana en uno de los vuelos "charter" que en esta época salen cada día cargados de turistas con destino a las playas caribeñas. Mientras tanto, Ottawa sigue presionando a las autoridades cubanas para que Imperatori abandone suelo canadiense. Fuentes del ministerio de Asuntos Exteriores en la capital canadiense señalaron a EFE que Ottawa había comunicado el domingo al embajador cubano Carlos Fernández de Cossío la necesidad de la partida de Imperatori lo antes posible. Igualmente, el representante de Canadá en La Habana, Keith Christie, está en contacto con el ministro de Asuntos Exteriores cubano, Felipe Pérez Roque. A pesar de toda esta actividad diplomática, Welch no considera que el problema sea "terriblemente importante" en términos políticos. "Es una disputa sobre la situación y protocolos diplomáticos, que implica a una persona, a un diplomático relativamente de segunda fila. Eso no es algo que va a romper las relaciones entre Cuba y Canadá", continúa Welch. Para Welch, "la relación económica entre los dos países no ha cambiado nada" y a pesar de que el intercambio económico bajó en 1999 respecto a los últimos años, "la principal relación no es el comercio, sino las inversiones".
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