CREO SER UN BUEN
CIUDADANO
Sin embargo, no soy el mejor ejemplo para mis hijos
Alcohol, poca devoción religiosa, promiscuidad sexual y adulterio flagrante, apego a lo material y carencia total de valores cívicos y morales: este es el legado de los padres panameños a sus hijos. ¿Cómo queremos una sociedad justa y pacífica, si lo que le transmitimos a los muchachos es violencia y poca caridad cristiana? El resultado, necesariamente, va a ser el estado de cosas que nos está pasando como país: asesinatos, accidentes de tránsito, enfemizo individualismo, apego al consumismo destructivo y nada de solidaridad humana y trabajo constructivo. La solución está en la familia, en los padres, en los adultos que sirven de tutores y referentes de la muchacha que se siente perdida después de tanto caos.
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