NUEVO GIRO
Líderes políticos
y guerrilla de Colombia dialogan en Venezuela

Los políticos y la guerrilla han
abierto un nuevo capitulo en lo referente a las negociaciones de paz para
Colombia.

Bogotá
REUTERS
Venezuela sirvió una
vez más de facilitador al proceso de paz de Colombia, luego que un
jefe del segundo grupo guerrillero de este país se entrevistó
en la ciudad venezolana de Maracaibo con los dirigentes políticos
colombianos Horacio Serpa y Noemí Sanín.
Fuentes políticas informaron el martes que el primer encuentro
se produjo en sábado entre la ex candidata presidencial y líder
del movimiento Opción Vida, Noemí Sanín, y el segundo
comandante del Ejército de Liberación Nacional (ELN), Antonio
García.
Posteriormente y por separado, el líder guerrillero, quien se
encuentra en Venezuela desde hace varias semanas, se reunió el lunes
con el también ex candidato presidencial y jefe del opositor Partido
Liberal, Horacio Serpa.
"Hablé con el comandante García para informarme de
los asuntos que tienen que ver con el tema de la paz", dijo Serpa en
una conferencia de prensa.
García, según personas allegadas a los dos dirigentes
políticos, les explicó el estado actual del proceso de paz
con el gobierno del presidente Andrés Pastrana y los argumentos por
los que decidieron suspender las conversaciones luego que el ejecutivo se
negó a entregarles para su control un amplio territorio del norte
del país.
El gobierno colombiano y el ELN, con el beneplácito del presidente
venezolano Hugo Chávez, sostuvieron dos rondas de conversaciones
en Caracas pero la guerrilla decidió suspenderlas ante la imposibilidad
de llegar a un acuerdo para realizar una Convención Nacional como
preámbulo al inicio de una conversación directa de paz.
Según trascendió, el encuentro entre el ELN y los dos
dirigentes políticos derrotados por Pastrana en las elecciones presidenciales
de 1998, se produjo por iniciativa del propio grupo rebelde, que también
les expuso su política de paz.
El ELN cuenta en sus filas con unos 5.000 hombres y se caracteriza por
sus frecuentes ataques contra la infraestructura petrolera del país.


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