Colombia espera certificación en lucha antidroga

Bogotá
AFP

Pese a que informes de expertos señalan que la producción de cocaína aumenta en forma directamente proporcional a los esfuerzos de la policía para controlar los cultivos ilícitos en Colombia, el gobierno espera este año una "certificación plena" de Washington a su política antidrogas.

De acuerdo con cifras reveladas el pasado 10 de febrero por el zar antidrogas de Estados Unidos, Barry McCaffrey, Colombia no es sólo el primer productor mundial de cocaína y el proveedor del 80% de la droga que recibe ese país, sino que ahora lidera la producción mundial de hoja de coca, materia prima que antes "importaba".

McCaffrey calificó el incremento de los cultivos ilícitos como "tremendo y sustancial" en Colombia, señalando que tan sólo este país produce al año más hoja de coca que Bolivia y Perú, los tradicionales productores, juntos.

A diferencia de esos países, el cultivo de hoja de coca en Colombia es fundamentalmente exógeno, y no tiene connotaciones histórico-culturales como en los otros dos países andinos.

Este aumento en los cultivos parece demostrar el fracaso de la estrategia utilizada por la policía colombiana, sustentada en la fumigación de amplias zonas selváticas, especialmente en la amazonía, con poderosos químicos sobre cuyos efectos secundarios tienen serias reservas organizaciones ecologistas.

El director de la policía antinarcóticos, Leonardo Gallego, señaló que coincidentemente, en 1998, se alcanzó una cifra récord de fumigaciones y erradicación de cultivos, que superó las 66.000 hectáreas sobrepasando ampliamente la meta de 50.000, fijada al comenzar el año.

Pese a ello, según las cifras estadounidenses, el área cultivada creció en un 26% y ahora Colombia concentra el 53% de la producción mundial de la hoja.

Esas cifras no parecen sin embargo asustar a Washington, decidido a revertir cuatro años de calificaciones negativas a Colombia, en la evaluación anual que hace de la colaboración de los principales países involucrados en la lucha antinarcóticos.

En 1998, Colombia recibió una certificación "condicionada" por razones de interés nacional, después de dos años de "descertificación", que la colocaron al lado de los países que, como Libia y Afganistán, poco o nada hacen para combatir el narcotráfico, según la Casa Blanca.

Estas "descertificaciones" coincidieron con el período del presidente liberal Ernesto Samper (1994-98), a quien el gobierno de Bill Clinton cuestionó por su elasticidad frente a los capos cocaineros.

Durante el gobierno de Samper, el área de cultivos fumigados se duplicó, la cifra de droga incautada se multiplicó notablemente, se revivió la extradición de delincuentes -prohibida por la Constitución de 1991- y los principales capos del cártel cocainero de Cali fueron detenidos, pero estos argumentos no convencieron a Washington.


 

 

 

 


 

McCaffrey calificó el incremento de los cultivos ilícitos como "tremendo y sustancial" en Colombia, señalando que tan sólo este país produce al año más hoja de coca que Bolivia y Perú, los tradicionales productores, juntos.

 

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