Descubren que el tabaco también es nocivo para los riñones

Barcelona
EFE

Además de problemas respiratorios y cardiovasculares, el tabaco perjudica la función de los riñones, según un nuevo estudio, difundido ayer, que asegura que los problemas renales se agravan cuando el tabaquismo coincide con hipertensión arterial y diabetes.

El trabajo, efectuado por el hospital general de Vic y el hospital Germans Trías de Badalona, ambos en Cataluña, indica que la nicotina produce una vasoconstricción que hace que aumente la presión arterial y, como consecuencia de ello, la excreción de pequeñas cantidades de albúmina por la orina, lo que constituye un factor que aumenta el riesgo de sufrir accidentes cardiovasculares.

El estudio, publicado por la revista Medicina Clínica, asegura que aunque el efecto vasoconstrictor de la nicotina es transitorio y dura unos 30 minutos, el hecho de fumar de forma continuada provoca un aumento sostenido de la presión arterial y de la excreción renal de la albúmina.

La nicotina también provoca una disminución de la función de filtro que efectúan los glomérulos renales, que son pequeños ovillos vasculares que forman la orinapor filtración, lo que se asocia a un aumento de la concentración plasmática de algunas sustancias que favorecen la arterioesclerosis.

El tabaco también lesiona, según este trabajo, la función de otra de las estructuras del riñón, como son los túbulos renales, entre cuyas misiones se halla la de concentrar la orina, y también se achaca al tabaco un efecto antidiurético.

Para los autores del trabajo, los problemas renales se agravan notablemente cuando el tabaquismo coincide con otras dos enfermedades que lesionan el riñón: la hipertensión arterial y la diabetes, tanto en insulinodependientes como en los que no lo son.

Otra conclusión del trabajo es que dejar de fumar revierte algunas lesiones vasculares, tanto renales como de otros órganos, inducidas por la diabetes o la hipertensión.

Según el trabajo, los resultados sobre los efectos nocivos del tabaco en el riñón proporcionan una razón más para dejar de fumar, que se suma a los problemas ocasionados en el sistema cardiovascular y el aparato respiratorio.

 

 

 

 

 

 

 

El trabajo, efectuado por el hospital general de Vic y el hospital Germans Trías de Badalona, ambos en Cataluña, indica que la nicotina produce una vasoconstricción que hace que aumente la presión arterial y, como consecuencia de ello, la excreción de pequeñas cantidades de albúmina por la orina, lo que constituye un factor que aumenta el riesgo de sufrir accidentes cardiovasculares.

 

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