A sus 47 años, Carlos Gilberto Winter se ha convertido en uno de los abuelos más famosos de Panamá, y eso que muchos desconocen su arte culinario.
El "Tata", como cariñosamente lo llama su único nieto, Jaime Winter, al igual que cientos de abuelitos en Panamá, se ha encargado de la educación y calidad de vida de este retoño ante la ausencia de su padre.
Durante 11 años, este hombre, quien tiene 16 años dedicado a cantar y tocar instrumentos de música típica, se ha hecho responsable del niño.
Nacido en la capital, su amor por la música los llevó a trasladarse hace 27 años a Las Tablas, donde contrajo matrimonio con Anaisa de Winter, con quien tuvo dos hijas: Belkis, de 26 años, y Karen, de 23.
Cantante y corista de profesión, formó parte del conjunto de Alfredo Escudero por 11 años, para luego pertenecer a varias agrupaciones, entre ellas la de los hermanos Quintero.
"Yo les dije a los Quintero (último trabajo) que debía apoyar al niño, porque este es un proyecto que estamos esperando hace un par de años y él me pidió que estuviera siempre con él", afirma el músico.
En estos momentos, Winter vive de los viáticos que le dan en el concurso, y al momento de terminar Canta Conmigo planea seguir su vida y está dispuesto a hacer todo, incluso preparar y vender el famoso "sao", que deja a más de uno en Agua Buena de Los Santos chorreando la baba. "Hay que hacer de todo. Menos dejarse caer", afirma el caballero que además toca la churuca y practicó la guitarra.
"Yo no quiero conjunto típico para mi nieto, esperaremos las ofertas que lleguen. Lo vamos a apoyar para que siga estudiando y que eche para adelante", aclara este hombre, de carácter tierno, cariñoso, y honesto.
Carlos es el ejemplo de su nieto, por lo que tiene una relación muy cercana con él, al punto de haber hecho algunos sacrificios para que Jaime se sienta orgulloso de él.
"Yo pienso que los nietos no tienen la culpa de los errores de sus padres y no deben sentirse abandonados, porque padre no es quien engendra", afirma.
"Yo viví una época en que tomaba mis tragos y era parrandero, pero ahora tengo siete años que no tomo alcohol. Cuando se es abuelo uno debe ir pensando en lo que viene y debes tratar de ser el ejemplo, por eso debes cambiar tu forma de vida", concluyó.