EDITORIAL
Auge y ocaso de la política criolla
En aquello de prometer, los
políticos que aspiran a puestos de elección popular no se
han quedado atrás, y como dice el vulgo "están sacando
las uñas" poco a poco, poniendo de manifiesto sus verdaderos
propósitos.
Los temas de educación, salud, el Canal y el desempleo son
considerados como los prioritarios, porque saben que son de mayor interés
para el pueblo. Sin embargo, a pesar de que el ministro de Educación
ha proclamado la modernización de la educación, ya hay nubarrones
de huelgas y paros en el sector porque no hay suficientes docentes para
suplir las demandas y los seminarios que debieron tomar los educadores,
aparentemente fueron un fracaso. Los docentes señalan que muchas
escuelas están tan deterioradas que va a ser difícil empezar
el año lectivo en esas condiciones.
El ramo de salud sigue siendo muy cuestionado porque no se dan respuestas
efectivas. El que le vayan a quitar el flúor al agua, los medicamentos
caros y las graves deficiencias que señalan los asegurados en la
Caja de Seguro Social, aumentan las protestas que se tienen contra esa institución,
ya que el gobierno no quiere entender que la Caja es del pueblo y no del
Estado.
Los asegurados pagan por adelantado y por descuento directo sus cuotas
al Seguro y sólo reciben un tratamiento como si fuera de caridad.
Aparte de ello, poco o nada ha hecho el gobierno por recuperar los bienes
de quienes arruinaron moral y económicamente al Seguro. Lo que han
procedido es a aumentar la edad de jubilación y han señalado
otros deterioros de lo que ellos mismos son responsables, ya que hay muchos
patrones y el propio gobierno con una alta morosidad.
El auge en que está la política criolla en la actualidad,
sirve para abanicar estos temas. Incluso, el de la privatización
del IDAAN. Pero no debemos mezclar los mismos como bandera política
y sí comprometerse a liberar esta agobiante carga que pesa sobre
el pueblo panameño.
Después del fracaso del llamado carnaval del milenio, un sentimiento
de frustración ha quedado en el pueblo panameño porque los
vendedores de ilusiones con inaudito cinismo pretenden que el pueblo confíe
en ellos cuando por experiencia sabe que es el mismo engaño de falsos
profetas.
Los políticos deben haber aprendido la lección que este
pueblo ha madurado y también emitirá voto de castigo contra
aquellos que los han mal representado. Los legisladores y representantes
que no asisten a las sesiones y son sumisos a los mandatos del órgano
legislativo y todos aquellos que han ignorado la voluntad popular deben
saber que sólo podrán ocupar sus curules hasta mayo próximo
cuando el pueblo dictará sentencia.
Los malos políticos han jugado con candela y se le quemaron
sus alas en un largo viaje hacia la noche.


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