Miércoles 17 de febrero de 1999

 








 

 


TERMINA PLAZO EL SABADO
Serbios deben escoger entre las bombas ó 30,000 soldados extranjeros

La situación en Kosovo aún se mantiene sin definición clara, lo que deja abierta las puertas a un ataque. Foto AP

París
AFP

Mientras serbios y albaneses buscaban el martes en Rambouillet un acuerdo de autonomía para Kosovo, Estados Unidos volvió a esgrimir el "garrote" sobre la cabeza de los primeros, amenazándolos con una lluvia de bombas si insisten en oponerse a la entrada en su país de 30,000 soldados extranjeros.

El mediador estadounidense Christopher Hill abandonó este martes en la noche las conversaciones de Rambouillet (afueras de París) sobre Kosovo para viajar a Belgrado, indicó una fuente diplomática francesa.

La secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, declaró por su lado en Washington que, en caso de fracaso de la conferencia de Rambouillet por causa de los serbios, Estados Unidos bombardeará blancos que ya ha seleccionado en Yugoslavia.

Esta amenaza ha sido asestada varias veces desde la semana pasada, cuando comenzaron las discusiones en Rambouillet, a 50 kilómetros de París, y volvió este martes a reaparecer cuando sólo faltan cuatro días para que termine el nuevo plazo dado a serbios y kosovares, un verdadero ultimátum que se cumple el sábado próximo a mediodía.

La violencia diplomática de los norteamericanos ha creado no sólo resistencia entre los rusos sino también entre los occidentales que les siguen en el interior del Grupo de Contacto (Gran Bretaña, Alemania, Francia e Italia) quienes desearían un poco más de flexibilidad, según comentarios.

Para evitar toda duda al respecto, la presidencia de la república francesa creyó necesario este martes hacer un anuncio unitario.

El Grupo de do" sobre Kosovo y ha advertido a los negociadores serbios y kosovares para que no se equivoquen con "una interpretación errónea de la situación", dijo un vocero del Eliseo.

En cuanto a saber lo que ocurriría si los negociadores no logran ponerse de acuerdo en la fecha del ultimátum, la portavoz presidencial respondió que "el grupo de contacto decidirá".

Albright reiteró la voluntad de su gobierno de ocupar Kosovo con 30,000 soldados aportados en su mayoría por los países europeos y bajo el comando de la OTAN.

La "comunidad internacional", como se autocalifica el Grupo de contacto de seis países, decidió que la ocupación militar es la única forma de garantizar que se respete el acuerdo de amplia autonomía que quiere aplicar en Kosovo para poner fin al conflicto.

El problema es que el gobierno de la República Federal de Yugoslavia -formada por Serbia (a la que pertenece Kosovo) y por Montenegro- considera un atropello a su soberanía nacional dejar entrar en su territorio esa fuerza militar extranjera.

Entretanto, los albaneses musulmanes del Kosovo, no menos testarudos que sus adversarios serbios cristianos ortodoxos, se niegan a firmar la parte del proyecto de "la comunidad internacional" que establece la intangibilidad de las fronteras de Yugoslavia, es decir, que les exige que renuncien a su guerra de independencia y se contenten solamente con la autonomía.

Paralelamente, informaciones llegadas desde Prístina, capital de Kosovo, confirmaron la oposición del UCK (el ejército de los independentistas) a abandonar las armas.

"El Ejército de liberación de Kosovo es un ejército de liberación que existirá hasta que cumpla sus objetivos, es decir hasta que no haya liberado a Kosovo y restaurado la libertad, la paz y la democracia", declaró Albin Kurti, portavoz del representante político del UCK, Adem Demaci.



 

 

 








 

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