Miércoles 17 de febrero de 1999

 








 

 


FAMILIA
Prevención en la comunidad

Casa Blanca

RESPONSABILIDAD DEL USUARIO

Un elemento integral de la Estrategia Nacional de Control de Drogas es hacer a los usuarios casuales responsables de sus acciones por medio de sanciones penales, civiles y sociales significativas. Como se observó antes, el Usuario casual,más que el adicto, tiene una responsabilidad importante en la propagación del uso de drogas, debido a que esa persona proyecta el mensaje de que se puede usar drogas y andar bien en la escuela o mantener una carrera y una familia. Con la premisa de que el cumplimiento de la ley no sólo castiga sino que también instruye, las leyes y políticas dirigidas a hacer responsables a los usuarios disuade del uso de drogas al brindar consecuencias claras por la posesión o el uso de drogas ilegales.

Sociedades comunitarias. La herencia de nuestra nación es la ayuda recíproca entre los ciudadanos, la agrupación de ciudadanos comunes para resolver problemas comunes. La primera Estrategia Nacional de Control de Drogas contemplaba que los ciudadanos organizaran sociedades de prevención de drogas dentro de sus comunidades. Muchas ciudades y barrios respondieron entusiastamente. Los proyectos SAFE en Iowa, Togeteher en Oregón y "Los 100" de Missouri son ejemplos de los esfuerzos de creación de coaliciones en los estados y regiones. United Way of America y organizaciones nacionales como 4-H, Clubes de Muchachos y de Muchachas, Boys Scouts, y las asociaciones católicas de jóvenes también han desempeñado un papel importante en la creación de coaliciones locales.

El gobierno federal ayuda en la promoción de estos esfuerzos. En 1989 la Administración creó, y el Congreso financió, el Programa de Sociedades Comunitarias que proporcionó fondos a 252 sociedades comunitrias, auspició conferencias y talleres y brindó asistencia técnicas en apoyo de coaliciones antidrogas. Casi todos los subsidios de sociedades comunitarias apoyan tareas en toda la gama de grupo comunitarios,así como de la policía local y el sistema de justicia juvenil. Uno de los objetivos de estas coaliciones es contrarrestar la violencia callejera asociada con los mercados de drogas al aire libre.

Para el Año Fiscal 1993 se han solicitado 14,9 millones de dólares adicionales para el Programa de Sociedades Comunistas, para un total de 113,9 millones de dólares. Se está efectuando actualmente una evaluaicón amplia del programa para determinar los modelos y estrategias eficaces quepueden reproducirse. Los gobiernos estatales también deberían considerar el uso de fondos DFSCA del Programa del Gobernador, del Programa Edward Byrne de Asistencia a las Policías Locales y Estatales y los fondos separados de prevención de los Subsidios en Bloque ADMS para desarrollar y sostener coaliciones comunitarias. Por lo menos el 20 por ciento de los fondos ADMS de abuso de substancias, aproximadamente 103 millones de dólares en el Año Fiscal 1993, deben usarse para la prevención del uso de drogas o intervención temprana. Se alienta a los estados a usar por lo menor el 30 por ciento de estos fondos reservados poara nuevos programas, a fin de apoyar la repetición de estrategias probadas de prevención. Los programas de los Subsidios en bloque ADMS serán vigilados para asegurar que los fondos se usan para apoyar programas primarios eficaces de prevención, y a los estados se les requerirá que presenten información detallada de estos programas como parte de sus solicitudes de Subsidios en Bloque ADMS de 1993.

El Consejo Asesor de Drogas del Presidente auspició el segundo Foro Nacional de Liderazgo para coaliciones comunitarias antidrogas en enero de 1992. Centenares de dirigentes comunitarios se reunieron con funcionarios federales para destacar la labor de las coaliciones locales, compartir experiencias, discutir problemas comunes y desarrollar estrategias para el futuro.

Entrenamiento de voluntarios y coaliciones. Numerosos grupos comunitarios --ingleses y sinagogas, grupos de veteranos, sindicatos laborales y otros--han formado voluntarios para combatir las drogas. Muchos necesitan entrenamiento y asistencia técnica para desarrollar las prioridades y poner a prueba las estrategias para tratar con los problemas locales de drogas. A fin de ayudar a satisfacer estas necesidades, el Centro Nacional de Entrenamiento de Voluntarios, en coordinación con otros programas de entrenamiento federales, ampliará la asistencia federal técnica y de entrenamiento a estar coaliciones, especialmente en comunidades que todavía no han recibido esta clase de asistencia.

Los esfuerzos federales de entrenamiento se concentrarán en audar a quienes ocupán posiciones cruciales en nuestras comunidades para tratar con problemas relacionadas con las drogas. Por ejemplo, se desarrollarán programas de entrenamiento para equipar mejor a los jueces a fin de reconocer y tratar casos de drogas que involucran a niños. El gobierno federal también está desarrollando material de entrenamiento para los maestros de las escuelas primarias en métodos de prevención del uso de drogas, particularmente para niños de las escuelas primarias que han sido expuestos antes de nacer al "crack" u otras drogas. Se brindará especial entrenamiento a algunos maestros y personal del programa Head Start (Comienzo precoz) para mejorar su capacidad de impedir o tratar con el uso de drogas por los padres y las necesidades de los niños delprograma que están expuestos a las drogas.

Vivienda pública. Los vendedores de drogas van con frecuencia a los edificios de vivienda pública porque sus residentes constituyen una "población cautiva". Las comunidades han tomado medidas para crear escuelas, lugares de trabajo y áreas recreaciones libres de drogas. Pero con mucha frecuencia el cumplimiento de las leyes contra las drogas en los eficicios de vivienda pública es tristemente deficiente. Si no lo han hecho todavía, los alcaldes deberían trabajar con las autoridades de vivienda y los grupos de residentes para desarrollar una estrategia de cumplimiento de la ley para las viviendas públicas, a fin de que con la ayuda de la policía los residentes puedan desalojar a los vendedores de drogas y recuperar el control de su medio ambiente.

El financiamiento del Programa de Eliminación de Drogas de las Viviendas Públicas ha aumentado substancialmente, de 8,2 millones de dólares en1989 a 165 millones de dólares en 1992. Para fines del Año Fiscal 1992 se habrán otorgado más de 1.300 subsidios a organismos de vivienda pública apra actividades como programas de tratamiento y de educación innovativa sobre drogas, consejo, referencia y difusión: apouo de patrullas de inquilinos que actúan en colaboración con organismos policiales locales; mejoras físicas dirigidas a amentar la seguridad, y contratación de personal de seguridad e investigadores. El presidente solicitará 165 millones de dólares para este programa en el Año Fiscal 1993.

Además, el gobierno federal ha brindado entrenamiento a más de 12.000 empleados, residentes y organismos y proveedores de servicios locales de vivienda pública sobre la manera de eliminar las drogas de esos edificios. Esos esfuerzos continuarán.

Atención sobre niños y adolescentes. Las víctimas más vulnerables del uso de las drogas son los hijos de los padres que usan drogas. El uso de drogas por los padres, combinado con la disolucion de los valores familiares tradicionales, ha puesto a estos niños en peligro de sufrir problemas de desarrollo y emocionales, descuido o maltrato, y abandono por sus padres.

Varias iniciativas de la Administración incluyen servicios para garantizar la seguridad y desarrollo apropiado de estos niños. El Programa de Emergencia de Prevención del Maltrato de Niños otorgó asi 100 subsidios en 1991 a organismos locales y estatales para programas de prevención y tratamiento de niños descuiddos y maltratados en familias donde se abusa de substancias. Un anuncio de subsidios emitido en el Año Fiscal 1991 apoyó los esfuerzos cooperativos entre receptores de Head Start y Target City (Ciudad Designada) para tender cuestiones de abuso de substancias.

Los infantes que son abandonados con frecuencia deben esperar 18 meses o más para su colocación permanente o adopción. La Administraicón explotará mecanismos, incluyendo legislación, para eliminar los obstáculos legales para acelerar la adopción de estos niños, a fin de brindarles un ambiente hogareño libre de drogas y protegido tan temprano en sus vidas como sea posible. Además, se seguirán desarrollando otros métodos modelos para el cuidado temporal de estos infantes abandonados, incluyendo cuidado adoptivo y hogares de grupos pequeños tipo famlias.

Finalmente, hay tres programas --el Programa de Jóvenes de Alto riesgo, el Programa de Prevención y Educación de Jóvenes Involucrados con Pandillas y Drogas, y el Programa de Demostración de Prevención del Uso de Drogas en Jóvenes Fugitivos del Hogar y Desamparados-- que están probando métodos innovativos para prevenir el uso de drogas entre adolescentes, incluyendo jóvenes de sectores especiales de la población que son difíciles de alcanzar. La administración procura aproximadamente 115 millones de dólares para estos programas en el Año Fiscal 1993


 

 

 

 







 

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