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El "Orgasmatrón" es una pequeña maquinita lujuriosa que se implanta por sólo 13 mil dólares. |
El Orgasmatrón, se conecta al cuerpo femenino y con solo hacer click, la mujer vive una experiencia sexual sin la compañía de un hombre. Con el invento de un tal doctor Stuart Meloy, la balanza pierde su equilibrio y se inclina hacia una zona un tanto siniestra para el género masculino.
Se trata del "Orgasmatrón", una pequeña maquinita lujuriosa que se implanta por sólo 13 mil dólares (unos 32 millones de pesos) en la espina dorsal de la usuaria; se conectan algunos electrodos a centros sensibles de la corporalidad femenina, para prometer orgasmos al instante, accionados por un control remoto y a un "click" de distancia.
El pequeño artefacto aparentemente acabará con la bizantina discusión del punto G y dejará a más de un marido, novio o amante sin trabajo.
Más allá de toda predicción, el doctor Meloy no sólo ha inventado un "juguetico" sexual, sino toda una caja de Pandora, orientada muy seguramente a las generaciones autómatas, víctimas de su consumado consumismo, para dar el primer paso hacia una mujer biónica multiorgásmica, una diosa del sexo independiente con arrebatos medidos en voltios y gemidos acompasados, que dependen del nivel de intensidad programado (quizás en una gama de principiante, intermedio y experta).
No obstante, el asunto puede ir más lejos, pues apunta a terminar con uno de los mayores patrimonios del ser humano: el sexo. Este invento pretende desplazar la caricia, el contacto, las palabras, los jadeos y todos los pequeños errores que se comenten en la cama pero que resultan muy divertidos.
En pocas palabras, se trata del hombre contra la máquina en una visión casi apocalíptica al estilo Hollywood, de una sociedad a lo "Matrix". Con la diferencia de que el control no se ejerce sobre la mente sino sobre el cuerpo y cada hormona que habite en él.
Es cierto que ningún artefacto nunca podrá superar el calor de la carne y de los cuerpos. Así que: ¡larga vida al sexo (a la antigua) y muy corta a los implantes cibernéticos!
¿QUE PIENSAS DE ESTA IDEA?
Melissa Velarde: A la hora que llegue a Panamá que se preocupen aquellos señores que no satisfacen de una u otra manera a su pareja. No si lo usaría, eso me recuerda a la película Inteligencia Artificial... como que no me gustaría nada.
Charmain: No me parece la idea para nada, qué sentido tiene que tengas pareja si la que te satisface es una máquina. Si el hombre no sirve no lo uses y ya, con una sola vez te basta.
Darwin: No me parece bien, ya que Dios creó al hombre y la mujer para que estén juntos y cumplieran sus enseñanzas... el ser humano necesita que lo toquen, acaricien y apapachen.
Marisela Moreno: Muchos hombres van a estar más curiosos que las mismas mujeres. Lo importante de esto es que prevalezca lo natural dentro de todo, pero es muy curiosa la máquina.
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