TEMAS DE ACTUALIDAD
Las Relaciones Públicas otra vez

Mario Omar González D.
Educador
En la población panameña aún persisten sectores, entre ellos políticos y empresarios, que confunden a las relaciones públicas con las relaciones humanas; craso error, independientemente de que la primera tuvo sus fundamentos en la segunda, no son lo mismo, ni se les puede considerar como tal. Las Relaciones Públicas como disciplina o actividad, tiene sus propias técnicas científicas y sociales aplicables según su entorno, para obtener los objetivos y el éxito deseado en las empresas, organizaciones, el gobierno, etc., éxito que no pueden conseguir por sí sólo la publicidad, ni la propaganda. Un asesor, director o jefe de Relaciones Públicas, tiene que gozar del respecto y confianza profesional de parte de su superior, en primer lugar; luego debe mantener una comunicación permanente y de doble vía, para que no le quede la menor duda sobre cuáles son las políticas de la empresa, organización, ministerio, etc., ya que éstas son la base para realizar su trabajo. Un profesional de las Relaciones Públicas de alto rango tiene que conocer de estrategias, políticas y planificación estratégica de Comunicación Social y especialmente de Relaciones Públicas, lo cual le va a permitir establecer las categorías de los programas y sus actividades, por ejemplo, si deben ser prioritarias o inmediatas, o cuáles son a corto, mediano o largo plazo, según las políticas y necesidades de la organización administrativa donde labore. Todo lo anterior le va a facilitar la planificación para el tratamiento de sus actividades: pre evento, durante el evento, post evento, su seguimiento y la evaluación constante de las mismas. No debemos seguir engañándonos, porque para triunfar en las labores de Comunicación Social y de las Relaciones Públicas, no basta con una cara bonita, o buen tono de voz, y muchos menos ser amigo personal o político de presidentes, gerentes o directores de empresas, así como de ministros, directores, asesores o legisladores en el gobierno. No es justo para el profesional de la Comunicación Social o de las Relaciones Públicas ya sea éste académico o empírico, que se le juzgue, sancione o sacrifique laboralmente por una labor para la cual no se le facilitaron los recursos técnicos, logísticos, financieros y muchos menos el recurso humano, profesionalmente idóneo, para realizar su trabajo. En esta profesión no existen: Superman, la Mujer Maravilla, magos, ni suertudos, es un trabajo en equipo, serio, responsable, científico, de calidad total. Si no existen los recursos adecuados y el respeto a la labor profesional, pasarán empresas y empresarios, pasarán gobiernos y políticos y por más empeño que pongan, la percepción y la imagen que la comunidad tenga sobre ellos, será poco feliz. Siempre se ha dicho que la fiebre no está en las sábanas, pero sobre este importante tema, no hay manera ni fórmula para ponerle el cascabel al gato, de tomar altoro por los cuernos, ni de entonar a la gallinita cacareadora.
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