EDITORIAL
Mujeres con SIDA
El último informe epidemiológico del Ministerio de Salud, trajo entre sus líneas una información aterradora: Cada vez son más las mujeres infectadas con el VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana). Antes, hace unos diez años, por cada cinco hombres había una mujer enferma; hoy hay, tres. Los datos anteriores representan una bomba de tiempo en Panamá, principalmente por la cultura machista y socialmente deficiente de los panameños. Según el Ministerio de Salud las mujeres son biológicamente más vulnerables que los hombres, ya que exponen una mayor superficie mucosa durante las relaciones sexuales, lo que no es beneficioso dado que la concentración del virus es mucho más alta en el semen que en las secreciones vaginales, y hace del coito una trampa de muerte para ellas. También es cierto que en Panamá, las mujeres tienen relaciones con hombres mayores que ellas, con mucha mayor experiencia sexual, y con mayores oportunidades de haberse infectado. Otro factor que las hace blanco de esta mortal enfermedad es el elemento social: La mujer panameña está subordinada sexualmente al hombre y eso limita las posibilidades de prevención. Total, al final de la historia las panameñas se están convirtiendo en un frasco de veneno, primero por ser víctimas de una sociedad fatal y machista; y segundo por ser biológicamente más vulnerables. La mala práctica de rechazo al condón, y la poca disposición a la fidelidad, hace que esta situación se agrave cada vez más, convirtiendo a la familia panameña en blanco de muerte y luto. El hecho de que sean mujeres las que mayormente se estén infectando -contrastado con la promiscuidad masculina- hace que las proyecciones de la enfermedad en el país sean desastrosas. La única vacuna que tenemos a mano los panameños, es la prevención y el cambio de actitud. Tener sólo una pareja sexual, y si se hace mortalmente imposible para algunos, recurrir a los preservativos como salvavidas de todos.
PUNTO CRITICO |
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