BOLETIN COMUNITARIO
Nueva era para el Canal de Panamá: Caldera

Redacción
Crítica en Línea
El secretario del Ejército de Estados Unidos y último presidente de la fenecida Comisión del Canal de Panamá, Louis Caldera, dijo ayer que cuando el mundo da la bienvenida al nuevo milenio con anticipación, Panamá tiene el privilegio de celebrar algo más que pasar la página del calendario y la esperanza de un nuevo día. Traemos una nueva era para el Canal de Panamá y para los dos grandes países [Estados Unidos y Panamá] que construyeron y administraron esta octava maravilla del mundo en la mayor parte de este siglo. En su discurso que reproducimos parcialmente, Caldera expresó que "a partir del mediodía de hoy, el control total del Canal de Panamá pasará de los Estados Unidos a la nación soberana de Panamá, uniendo todo su territorio bajo una sola bandera por primera vez desde el nacimiento de la república en 1903. Para Panamá este es realmente un día importante y memorable, para EU también es un momento importante en su historia. Miramos atrás con gran orgullo el logro que representa la construcción de este Canal y su operación continua desde 1914 para el beneficio de todas las naciones, a la misma vez que esperamos con ilusión la llegada de un nuevo día, en nuestras relaciones con Panamá y con todos los países del hemisferio occidental. Panamá y EU pueden estar orgullosos de que lograron todas las tareas necesarias para la transferencia. Es difícil para algunos estadounidenses recordar que muchas veces a lo largo del siglo las relaciones entre nuestros países fueron tensas, debido a temas estresantes en torno a aquello que nos unía de manera única como socios en el mundo: el Canal de Panamá. Hoy nuestras relaciones son más fuertes que nunca, porque precisamente hemos trabajado juntos para resolver estos temas de manera que convenga a los dos países por medio de la diplomacia, la cooperación y con espíritu permanente de buena voluntad. Esperamos continuar manteniendo las nuevas relaciones que existen entre dos países. Nosotros realmente esperamos mantener mejores y más estrechas relaciones, entre EU y Panamá y todas las naciones de América Latina, basadas en el respeto mutuo, confianza, cooperación y participación, que nos ayude a lograr una meta compartida de crear una vida mejor para la gente de nuestro hemisferio. Cuando los signatarios de los Tratados Torrijos-Carter en 1977 escogieron esta fecha para el traspaso del Canal, escasamente podían imaginar cómo el mundo se podía involucrar en la entrada del nuevo milenio, pero escogieron sabiamente porque este es un día que nos hace reflexionar sobre la situación y lugar que nuestras naciones tenían 100 años atrás y cuán lejos hemos llegado. En 1899, la joven nación de EU acababa de cumplir su primer siglo de experiencia de haber crecido de una pequeña colonia inglesa a una agitada nación que se extendía por toda América del Norte y Panamá, una tierra de historia antigua, estaba a punto de ganar su independencia. Sería justo decir que 100 años atrás EU aún no era una potencia mundial. La responsabilidad mundial que pronto le sería impuesta en la Primera y Segunda Guerra Mundial aún yacían por delante. En Panamá, Fernando de Lesseps había estado luchando infructuosamente para lograr el sueño que había cautivado la imaginación del hombre por casi 400 años: la construcción de un Canal por el istmo. Tres cortos años después esta meta fue comenzada con seriedad, cuando con el apoyo de EU, Panamá declaró su independencia y casi inmediatamente celebró un tratado para construir el Canal. El presidente Teddy Roosevelt dijo que por toda ley humana y divina, Panamá estaba en lo justo en cuanto a su posición. Como presidente, Roosevelt estaba profundamente comprometido con la construcción del Canal con pleno conocimiento de los retos y obstáculos que tan magno proyecto implicaba. Ochenta y cinco años después del primer tránsito del vapor Ancón por el Canal y casi 100 años después que se concibiera la idea del Canal, sabemos lo que éste ha significado para el mundo. Ha hecho que todo el mundo esté más cerca por medio del comercio y ha hecho que surjan nuevos mercados. Mirando atrás podemos ver que Panamá fue una puerta hacia el futuro, abriendo la puerta hacia este siglo, y ayudando a la construcción del mundo interconectado que vivimos hoy. Así como el presidente James Carter nos recordó hace dos semanas que desde un principio el tratado, bajo el cual el Canal fue construido, contenía lenguaje sobre el cual surgieron preguntas inquietantes sobre la soberanía de Panamá, sobre su propio territorio, y que pronto se convirtieron en tema de gran controversia entre nuestros países. A mediados del siglo las contradicciones del tratado estaban entrando en conflicto con el papel que EU jugaba en el mundo. John Kennedy hubiera comprendido que EU no podía aspirar a ser buen vecino para América Latina y continuar ocupando y dividiendo el territorio de un país soberano que consideraba amigo. No importa cuán beneficioso ese arreglo hubiera sido en el pasado para ambos países. El hubiera comprendido que EU no podía abogar por democracia y autodeterminación y, sin embargo, negarle a Panamá la soberanía total de su propio territorio que Panamá anhelaba. En 1962 tuvo que ayudar en el problema sobre la izada de la bandera panameña en todo su territorio, incluyendo el edificio de la administración del Canal y el puente de las Américas. Yo creo que si Kennedy hubiese estado vivo ciertamente hubiera prometido negociar la transferencia del Canal como lo hizo el presidente Lyndon Johnson en 1964, en respuesta a los incidentes críticos y trágicos en los cuales 19 panameños y tres norteamericanos perdieron su vida a causa del creciente resentimiento que estaba minando los vínculos entre nuestros países. Johnson trató de cumplir esa promesa y no lo pudo lograr y recayó sobre una nueva administración y Henry Kisinger firme y valientemente se dedicó a la negociación. El presidente James Carter tomó los pasos valientes para negociar junto a Omar Torrijos la firma de los tratados de 1977 que disponían la transferencia total del Canal a los panameños y desde entonces todas las administraciones han trabajado para apoyar este esfuerzo. Hoy culmina esa labor. Un Panamá joven entra al segundo siglo de su vida como República y asume la responsabilidad histórica de administrar la vía acuática. Panamá cumple ese papel con una fuerte y vibrante democracia. Una tierra de gran belleza inicia este siglo con soberanía total y como presidente de la Comisión del Canal les puedo asegurar que Panamá está más lista. La nueva directiva panameña de la directiva de la Autoridad del Canal, el equipo de administración y la fuerza laboral talentosa y leal han trabajando arduamente para asegurar una transición imperceptible. Panamá toma el control con el claro sentido de responsabilidad de que el Canal debe seguir significando para el mundo. Ahora avanzamos hacia delante como socios en una nueva era sin olvidar nunca que el progreso requiere trabajo arduo. Debemos construir sobre las nuevas oportunidades que este Canal ha permitido. Las oportunidades democráticas deben estar comprometidas como nosotros hemos hecho aquí, al escoger el compromiso de la concertación en vez de la confrontación. Debemos enfrentar los nuevos retos de este siglo y todos los individuos tienen derechos inalienables a una vida, trabajo, salud . No perdamos la oportunidad de crear una nueva región que es un ejemplo para el mundo donde la libertad, la justicia, oportunidad y el respeto a la dignidad humana prevalezcan. Panamá nuestro amigo, los Estados Unidos los saluda: Que Dios los bendiga.
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