Esta es una columna de orientación, por eso hoy nos vamos a referir al tema de las estafas a las personas de la Tercera Edad y cómo evitarlas.
Por naturaleza los adultos mayores tienden a ser confiados, ellos crecieron cuando un apretón de manos, era casi un juramento. Por eso es necesario tener mucha cautela cuando se reciben ofertas que parecen demasiadas buenas, y más bien, sólo son estafas disfrazadas. Aquí les van algunos consejos:
Si llaman diciendo que usted se ha ganado un premio, por lo general les recomiendo colgar el teléfono.
Si el vendedor le dice que debe comprar hoy porque mañana será demasiado tarde, todo indica que esta venta será un fraude.
Nunca le dé el número de su tarjeta de crédito, y mucho menos a extraños que se la piden por teléfono.
Jamás compre por teléfono, a menos que usted haya llamado y eso sí, que esté tratando con una compañía reconocida de ventas por teléfonos.
No contrate a un extraño para que le haga reparaciones en su casa, sin conocer primero sus referencias, pídale nombres y números telefónicos de clientes anteriores.
No haga del conocimiento del personal doméstico, dónde guarda usted el dinero, para los gastos de la casa.
Cuando cambie su pensión, no ir directamente al supermercado, sino llevarlo a la casa o depositarlo en el banco y utilizar estrictamente lo necesario.
No detenerse a conversar con extraños, especialmente quienes le soliciten una dirección o dicen confundirlo con otra persona.
No cambiarle dinero a extraños que se lo soliciten especialmente billetes de alta denominación.
Si usted sigue al pie de la letra estas recomendaciones, estamos seguros, que nunca lo estafarán.