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El viaje fatal
Eliécer Navarro
Crítica en Línea
La mar estaba serena. Los pasajeros y la tripulación del "Don Jaime III", un antiguo barco que prestó servicios en la Segunda Guerra Mundial, se aprestaban a dormir en sus camarotes. No se imaginaban la tragedia que les venía. La embarcación de cabotaje zarpó a eso de las 2:05 de la madrugada del Muelle Fiscal, ubicado en los predios del Mercado de San Felipe. Avanzó unos pocos minutos, unos 2,000 metros de la bahía de Panamá, para cumplir un viaje que tomaría 12 horas, pero una brusca maniobra del capitán Abel Moreno desplazó la carga hacia un solo lado del barco y éste se volteó. Allí se desencadenó la tragedia. Ocho personas murieron ahogadas y otras 17 lograron sobrevivir. La nave cargada de todo tipo de mercancía y aunque las autoridades aseguran que no había sobrepeso al abandonar puerto y que había chalecos salvavidas a bordo, revelaron que de las 25 personas que se encontraban en el barco, al menos 7 no estaban autorizadas para abordarlo. La lista de fallecidos incluye a Lissette Reyes, Aura Esther Zúñiga, Lisandro Cabezón, así como los niños Aníbal Vargas (de 13 años), Janeth Martínez (de 8 años) y Esther Cajar (9 años). Igualmente fallecieron el maquinista de la nave, Rodolfo Cabrera y el sobrecargo Homero López. Un reporte del Sistema Nacional de Protección Civil incluye como sobrevivientes a Herminio Lozano Gómez, Abdul Murillo Moreno, Sixto Perea, Olegario Sánchez, Cecilio Paz, Griselda Moza, el niño José Manuel Sánchez, el capitán Abel Moreno, el supervisor de carga Jaime Loré, Javier Mena, Rafael Arguizona, David Maturana, el niño Antonio Martínez, Nelson Berroarte, Rodolfo López y los marinos Marlon González Gómez y José Luis Moya. Según Herminio Lozano Gómez, muchos pudieron salvarse sosteniéndose de varios tanques de gas y de gasolina que salieron a flote al momento del hundimiento. No obstante, explicó que los ocho ahogados quedaron atrapados en la oscuridad de la noche dentro de los camarotes de la nave. Tan pronto se conoció del naufragio, unidades del SINAPROC y del Servicio Marítimo Nacional llegaron al área del desastre en 18 minutos para iniciar el rescate de sobrevivientes y la recuperación de los cadáveres. Unas 20 unidades, entre ellas 6 buzos, rescataron a los sobrevivientes en la madrugada y concluyeron las operaciones de recuperación de los cadáveres a las 9:00 a.m., que fueron trasladados hasta las instalaciones del Club de Yates y Pesca y luego a la morgue. Desde el amanecer, decenas de familiares de los fallecidos esperaban desesperados los resultados del operativo. Reyes S. de López, esposa del sobrecargo Homero López, y sus hijas Linda Lisa, Jazmín y Vannesa, estaban destrozadas. La señora recordó que sus últimos momentos con su esposo fueron breves por el apuro de zarpar, y que las últimas palabras fueron: "ya me voy, que el barco se va". El sobreviviente Herminio Lozano relató que la gente estaba en el camarote y en cuestión de minutos el barco realizó un giro brusco y se viró. Los que pudimos tomamos unos tanques de gas para flotar en la bahía y no hubo tiempo de salvar a los otros. Otro de los sobrevivientes declaró que pudo salvar a un niño, a quien escuchó pidiendo auxilio." Yo escuché la voz del menor José Sánchez y lo agarré por los brazos y nos apoyamos en un tanque de gasolina, hasta que llegaron a rescatarnos" Por su parte, Olegario Sánchez, de 66 años, consideró que el barco iba sobrecargado y comenzó a llenarse de agua por los costados. Sin embargo, el director de la Autoridad Marítima, Jerry Salazar, negó que el "Don Jaime III" llevara exceso de carga o de pasajeros. Además, afirmó que contaba con chalecos salvavidas, pero como las personas se aprestaban a dormir, nadie los llevaba puesto. El capitán de la nave permanecerá detenido hasta que se avance en las investigaciones.
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