REFLEXIONES
Austria: ¿El cuarto Reich?

Carlos Christian Sánchez C.
Relacionista Internacional
Desde Baviera, los glaciares del Tirol reflejan la luz solar en el medio día, creando un panorama majestuoso. Macizos nevados, valles verdes y ciudades históricas como Salsburg, hacen de Austria un sitio espectacular, adecuado para el turismo. La gente es campechana, identificada con su tierra y poseen un fuerte temperamento. Estas fueron las impresiones observadas de los austríacos que vivían en Munich; igual la opinión general sobre ellos. Empero, la benigna visión que se tiene de Austria en el exterior, se ha visto seriamente trastocada desde que el pasado 3 de febrero, un gobierno de extrema derecha, en conjunto con los conservadores, asumió el poder en Viena. Inmediatamente los Estados Unidos, Finlandia e Israel, llamaron a sus embajadores a consultas, debido al funesto precedente. La Unión Europea, en un comunicado conjunto promovido por Francia y Portugal, instaron a la preservación de la democracia en el país alpino, ante la llegada de un posible "Cuarto Reich xenófobo". ¿Qué causó este cambio político abrupto en Austria? Muy sencillo. Joerg Haider, gobernador de la sureña provincia de Karnten y jefe del "Partido de la Libertad" (de tendencia pro-nazi), logró conformar el gobierno, debido a que éste demuestra ser simpatizante de los programas laborales implementados por el nazismo, además de estar en contra de la presencia de los extranjeros en su tierra. La crisis económica, la falta de oportunidades de empleos y la frustración, han provocado este hecho político que perturba el proyecto de la integración europea. Desde 1955, Austria vivió bajo la balanza de dos fuerzas políticas: el Partido Popular Conservador, y el Partido Social Demócrata Austríaco (SPÖ), moderado. Thomas Lestin, Jefe de Estado y afín al SPÖ, afronta problemas derivados de la oleada de miles de inmigrantes de la Europa Oriental que, desde el fin de la Guerra Fría en 1990, acapararon los negocios y la empleomanía básica en dicho país. En el otoño pasado, las elecciones parlamentarias permiten que el Partido de la Libertad de Haider tomará fuerza, gracias a la desesperación de los austríacos. Convulsiones históricas marcan el destino de Austria. Desde la Edad Media, el Sacro Imperio Romano Germánico dominó gran parte de Europa Central. Viena se transforma en su capital. La vinculación lengüística y cultural estrecha lazos de Austria con los demás Estados alemanes. Pero en 1919, a raíz de la derrota de la Primera Guerra Mundial, el Tratado de Versales deja a Austria como un pequeño territorio. En 1938 ocurre el "Anchusluss", o la anexión de Austria al Tercer Reich Alemán, dirigido entonces por un ciudadano de origen austríaco: Adolfo Hitler, quien se esmeró en recuperar el sueño de un imperio germanizado, que incluiría a su patria natal. En 1945, los aliados acaban con los nazis y ocupan Austria. Diez años después, el país alpino declara su independencia, además de su neutralidad permanente. Pequeñas células de Fascismo han persistido dentro de las sociedades europeas desde 1945. Nunca alcanzaron predominancia, pero las turbas de facciones neo-nazis aunque minúsculas, parecen tomar fuerza debido a los problemas sociales en Europa. A pesar de lo ocurrido en Austria, se tiene esperanzas que los partidarios de la extrema derecha no tengan influencia dentro del gobierno. Benita Ferrero Waldbern, una alta funcionaria diplomática austríaca, menciona que se "ha exagerado la presencia de los neo-nazis en el gobierno de Viena, que el Partido de la Libertad ya tiene facciones prodemocráticas y no xenófobas". Debemos recordar que muchas heridas del pasado, todavía están frescas y abiertas entre los pueblos. Años atrás Kurl Waldheim, un ex-oficial nazi austríaco, asumió la Secretaría General de las Naciones Unidas. Muchos países se ofuscaron por el suceso. El Holocausto aún es recordado por los sobrevivientes judíos. De allí que Israel rompiera relaciones diplomáticas con Austria, cuando Haider se sumó al gobierno conservador. Las palabras de Joerg Haider, discriminando a los extranjeros, resuenan aún en la tensa atmósfera europea. Como dice el dicho: "El pez muere por la boca".
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