domingo 6 de febrero de 2011 

S E C C I O N E S

EPASA EN LINEA

PANAMA AMERICA

DIAaDIA EN LINEA

REVISTA SIETE!


inicio

política

opinión

la voz del interior

sport

el mundo

viva

en la cocina

sucesos

especiales


ediciones anteriores

buscador de noticias

clasificados EPASA

otros sitios de interés

CRITICA
 


  NACIONAL

Share/Bookmark

Pizza en el semáforo

Heriberto Bernal V. | Crítica en Línea

El ingenio comercial no tiene límites. En un país donde algunas veces el servicio deja mucho que desear, algunos empresarios se han puesto las pilas y ofrecen pizzas en plena vía pública.

Mientras usted espera el cambio de luz del semáforo en el área de El Dorado, le preparan una pizza personal en el restaurante Vesuvio, estas son ofrecidas diariamente a un costo de B/1.75, por cuatro vendedores que desde las 11 de la mañana hasta las 6 de la tarde se ubican junto a la calle para tomar pedido y hacer la entrega.

Cuando el semáforo señala la luz roja de alto, las bocinas de los carros comienzan a sonar, porque la pizza de 4 pedazos que recién sale del horno llega a convertirse en el almuerzo de algunos, la cena de otros y en el regalo que muchos padres llevan a sus hijos al llegar a casa.

UNA IDEA QUE VENDE
La cubana Sorinet Ortega y el italiano Genaro Espósito son los propietarios de esta novedosa forma de venta, la cual surgió hace un año a causa de la poca clientela que acudía al restaurante, debido a la poca visualización que se tenía del local y ante la confusión que generaba un comercio de muebles que se encuentra muy cercano.

Luego de vender una pizza familiar que fue llevada hasta el auto de un cliente, a ambos se les ocurrió la idea de seguir ofreciéndola de forma directa, pero en mayores cantidades y a un precio asequible, aprovechando la corta distancia de 8 metros que los separa de la avenida Miguel Brostella.

Ortega comenta que en la primera experiencia, los dos saloneros del restaurante vendieron 50 unidades en 4 horas, lo que les comprobó la efectividad de la idea, que hoy se ha convertido en la principal atracción del negocio y en la fuente de mayores ingresos por la alta demanda.

LLEVESELA CALIENTE
Marcos Caro forma parte del equipo de hombres que con el grito de "Lleve su pizza caliente", camina entre los autos con una torre de 10 pizzas que en un tiempo de 30 minutos son vendidas en su totalidad, llegando a contabilizarse unas 200 unidades diarias entre los 4 vendedores.

Mientras se acerca a la ventana del carro de un cliente, Caro explica que cuando llega la quincena, el trabajo se hace más intenso, porque se venden 300 pizzas diarias y la torre de 10 que sale desde la cocina desaparece de sus manos en tan sólo 10 minutos.

Entre lunes y sábado, unas 1,200 pizzas son vendidas en este semáforo.

El taxista Tomás Bernal acostumbra utilizar esta avenida con destino hacia la Terminal de Albrook, por lo que prefiere comprar la pizza para ir comiendo y evitar las largas filas de los restaurantes durante la hora del almuerzo.

Para la oficinista Cristina Maldonado, la compra de pizza es una forma de variar las comidas que tiene en su casa, por lo que dos veces a la semana procura llevar dos a su casa y compartirla con su pequeña hija.

 

    TITULARES

Corazones Azules en Don Bosco

Tongos niegan compra de ambulancias

Empleados de la CSS están cansados

Defensoría presentará informe






linea
linea gris
 

   copyright © 1995-2009, CRITICA EN LINEA
todos los derechos reservados