Dios nos libre y nos encuentre confesados. Ahora entiendo por qué de las carretas, la bicicleta, el caballo, las chivas gallineras. Incómodo medio de transporte, pero baratos.
Quizá este no sea el último alza de precios de la gasolina. Debemos esperar mucho más.
Aún no tenemos claro quien es el verdadero culpable de que los precios del combustible suban y suban. Aparentemente no lo hay. Todas las partes a la hora de emitir su opinión responsabilizan a otro. Nadie encara el problema de los precios altos de la gasolina. La gasolina se ha tornado en vital líquido inalcanzable para mucha gente que hace verdaderos sacrificios para satisfacer su necesidad de trabajo, menguando sus escuálidos bolsillos. Tener auto ya no es un lujo.
No sabemos si la culpa es de Osama Bin Laden con su ola de terror, de Sadam Hussein o de Hugo Chávez con sus problemas de petróleo en Venezuela, si la culpa es de México o Ecuador.
No sabemos si los culpables están en nuestro propio patio, que indolentes de un plumazo con su cacareado precios de paridad, de los factores externos o exógenos, nos enredan con sus rimbombantes términos que los excusan. O bien los otros, que se enriquecen a costilla de la liberalización de precios y la libre competencia que en vez de bajar los precios los ha hecho subir sin que nadie los regule.
Y seguirá siendo el pueblo el golpeado con los altos precios de la gasolina y no sólo la gasolina, sino el transporte de las mercaderías a sitios de difícil acceso y los productos mismos, que son gravados automáticamente con la excusa de las alzas.
Todos los caminos llegan al pobre, que se siente resignado y frustrados a la vez, porque sus problemas al parecer no tienen solución.
No nos queda otra opción, que atrincherarnos en lo único que podemos hacer, que es ahorrar al máximo nuestro ir y venir.
Además de priorizar y planificar cada paso. |