Hay gente con mucha sapiencia en Panamá, pero algunos de ellos, al dirigirse a un determinado público, lo hace en un tono de voz que lesiona los oídos de quienes se están dedicando a otras actividades. El volumen de voz de estas personas es para lugares abiertos, porque al estar hablando en una sala pequeña, gritan en vez de hablar, y las otras personas fuera de la actividad, escuchan sólo gritos, en vez de las sabias palabras.
Estos tonos de voz, exageradamente altos, provocan dolores de cabeza y evitan una debida concentración para quienes tratan de trabajar en otra cosa. Para decir las cosas como son, o "a calzón quita'o", no es necesario gritar... para transmitir palabras con sabiduría. No es necesario elevar la voz, si no se requiere.
La verdad, hay que decirla, sí, pero en un tono de voz moderado, y si el resultado deseado es que su audiencia lo apoye, es más importante que el mensaje no sea un golpe para los oídos. |