Enjaulado en una circunferencia gráfica existe pintado en una valla -camino a Boquete- un dibujo en blanco y negro con la forma de un rinoceronte. El viaje hacia el distrito, muy a parte de lo hermoso de su paisaje, es entretenido. Jugamos a encontrar la imagen oculta, una de esas que son creadas sin querer, pero se logran percibir. Viendo en detalle, usted podrá observar, en la misma imagen del rinoceronte, el rostro de una mujer acostada con las características faciales de las que dibujan en los comics japoneses: Cabello negro, labios finos y ojos pequeños, pero lindos.
"Te digo que se ve. Mira bien", le comenté a mi esposa, quien en la cuarta valla aseguraba no ver dicha imagen cuando íbamos camino a la Feria de las Flores y el Café. Ese día me orillé en una pequeña y angosta parte del hombro de la carretera y le expliqué hasta que por fin la vio.
Así, como jugamos a encontrar la otra imagen en la valla, hoy quiero que hagamos lo mismo viendo la otra cara de Boquete.
Deténgase un segundo. Mire aquella flor en forma de pelota de tenis y respire. Notará solo una cosa si solo se enfoca en los pétalos, pero, si abre bien los ojos, tal vez notará problemas no percibidos por la falta de planificación, dado el gran crecimiento de una región refrescante y hermosa que ha abierto sus puertas al mundo.
Me comentó un boqueteño puro que la región está experimentando mucho auge y no lo veía mal. Ellos podían mercadear sus productos de la mejor forma. La malo son los problemas que muy probable experimentarán a futuro por la falta de planificación o el desarrollo desordenado como la falta de agua que ya se están percibiendo, además de la falta de atención médica.
La población del sector, que es de 16 mil 843 personas hasta el 2000, fácilmente se le pueden agregar un par de números más. Esto habla bien del crecimiento demográfico, lo mismo que del crecimiento urbanístico con el gran proyecto de más de 300 casas para ciudadanos holandeses e ingleses. No hay duda que hay desarrollo.
La diversidad cultural y la falta de un plan estratégico de turismo pudiera interferir en un pleno desarrollo que necesita la región por el auge que experimentan las bienes y raíces.
Para comprar tierras allá, hay que tener mucho dinero. No basta con dos reales para hacerse de un de terreno de 400 metros cuadrados o más como hizo mi amigo José Andrés, quien a punta de trabajo y mucho sacrificio ha edificado una cabaña hermosa en Altos de Boquete.
Hay mucho que ver en al ciudad de la eterna primavera, pero quien desee jugar a encontrar la mujer en el rinoceronte, haga como yo. Oríllese y observe bien desde el mirador de Boquete y visualícelo dentro de 20 años. Tal vez, no encuentre a la mujer, pero quizás un paisaje más hermoso o tal vez no.