No había terminado de reponerse a la pérdida del mayor de sus dos hijos cuando la muerte volvió, pero esta vez, para llevársela a ella.
Lidia Elena Sinisterra Morales, de 36 años, es la mujer que la noche del pasado martes, dejó un niño de cuatro años huérfano tras perder la vida en un fuego cruzado entre la Policía y un asaltante.
La bala que mató a Lidia la impactó en el ojo derecho y no tuvo salida. La víctima- quien era la mayor de una familia humilde de tres hermanos- estaba sentada junto con su hijo en el puesto detrás del conductor.
Además de Lidia también fue abatido por la Policía el delincuente quien tenía en su poder una pistola 3.80.
LOS HECHOS
Rubén, el despachador de la estación de gasolina, contó que a eso de las 7:00 de la noche estaba con otro compañero de trabajo cuando fue tomado por sorpresa por el asaltante
La estación de combustible donde se dio el suceso es la Texaco, ubicada adyacente a la intersección de la vía Fernández de Córdoba y la vía España.
El asaltante involucrado fue identificado como Edilberto Ernesto Alleyne Yard, de 35 años.
Luego de despojar de B/.103.00 al despachador, Yard salió corriendo y Rubén lo siguió aunque el delincuente le advirtió que de hacerlo, lo mataría.
Yard se subió a un autobús, y el bombero (Rubén) desde la acera gritando le informaba al conductor y a los pasajeros que él (Yard) acaba de robarle.
Tras esa situación, Yard se bajó de ese bus y salió corriendo para subirse a otro bus, situación que repitió en tres ocasiones usando para ello, buses, taxis y autor particulares tratando de huir.
En todas las ocasiones, el despachador de combustible lo siguió y advertía a los conductores de lo que había hecho Yard, quien en su último intento de fuga, subió a un auto rojo, fue entonces cuando se presentó un patrulla de la Policía que iba de la calle que sale de Carrasquilla hacia la vía España, y se percató de la situación.
En el patrulla viajaban un Sargento que conducía, y un Cabo Segundo de apellido Navarro, quien se bajó del radiopatrulla y empezó a seguir a Yard. Dio voz de alto, pero el delincuente hizo caso omiso y respondió con varios disparos.
El cabo disparó al aire; Yard, con la mano derecha -con la cual portaba el arma de fuego- se la pasó por arriba del hombro izquierdo y volvió a efectuar detonaciones mientras corría.
Se volteó y en la tetilla izquierda, cerca a la axila, recibió un impacto de bala que lo mató. En la parte de arriba de la cabeza, Yard presenta otro orificio, del cual se presume que es de bala.
En un pasillo del edificio 160 donde están los correos, quedó en el pavimento el cuerpo sin vida de Yard.
Finalmente, el autobús de la ruta Río Abajo-Veranillo que estaba estacionado en el semáforo de la intersección de la calle que sale de Carrasquilla y la vía España y cuyo sentido en cual viajaba era hacia Río Abajo, se llenó de gritos.
Se escuchó la voz femenina de una mujer que aseguraba que había una mujer impactada.
A Lidia le decretaron la muerte en el Cuarto de Urgencias del Hospital Santo Tomás.
La noche de la tragedia- según contó un tío-la mamá de Lidia, ésta y su hijo de cuatro años, regresaban de caminar la procesión de Don Bosco.
INVESTIGACIONES
Según testigos, el que disparó hacia el bus fue el delincuente. La PTJ espera los resultados de necropsia para recuperar las balas que están en el cuerpo y determinar si fue el arma del policía o la del maleante la que mató a Lidia.
El niño que Lidia tenía en brazos, resultó ileso. La familia, pese al dolor de la pérdida, es consciente de que fue un fatal accidente que cobró la vida de un inocente.