El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, rechazó las crecientes presiones de la comunidad internacional, entre ellas la de Estados Unidos, sobre el régimen islámico de Teherán e insistió en que su país seguirá adelante con sus actividades nucleares.
"El pueblo de Irán no renunciará a su derecho tras las amenazas de unos países arrogantes. Nuestro pueblo dice con voz alta que la energía nuclear es unos de sus derecho indiscutibles", dijo Ahmadineyad en tono desafiante ante decenas de miles de iraníes.
Con estas palabras, Ahmadineyad respondía al presidente de EE.UU., George W. Bush, que hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que no permita que el régimen iraní consiga armas nucleares. También rechazó las afirmaciones sobre los derechos humanos en Irán.
"Aquellos que tienen las manos manchadas con la sangre de los pueblos, que asesinan a los inocentes y que mataron a más de 40 millones de personas durante la Segunda Guerra Mundial no deben acusar ahora a nuestro país de violar los derechos humanos", dijo el líder persa.